» Alabanza
Matutina
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Una joven profesional se fue de su hogar a
la ciudad de New York. Le alquiló un cuarto a una anciana de Suecia que había
emigrado a los Estados Unidos años antes. La propietaria le ofreció una
habitación limpia, baño común y, además, podía utilizar la cocina, todo a un
precio razonable.
La pequeña mujer sueca de pelo blanco, estableció con claridad las reglas de -¿Canta usted? ¿Toca algún instrumento? ¡La música es buena! Yo solía tocar el piano en la iglesia, pero ya no lo hago. Estoy muy vieja. Mi oído ya no es tan bueno, pero amo alabar a Dios con la melodía. Él ama la música. Después de un día completo de ajetreo en el nuevo cuarto, la joven durmió profundamente hasta las cinco y treinta de La joven nunca había escuchado una voz tan horrible. No obstante, era preciosa para Dios, y la escuchó repetidamente cada amanecer, mientras vivió en la habitación alquilada, ubicada justo sobre la cocina. La dama sueca falleció pocos años después. La joven siguió su camino, se casó y tuvo su propia familia. Ahora se encuentra sola, y su sentido del oído se ha deteriorado un poco. Sin embargo, cada mañana se le puede ver frente al fogón cantando, fuera de tono y en voz alta, ¡pero llena de gozo, alabando al Señor! ¡Una forma gloriosa de comenzar el día! Salmo 100:2 Venid ante Él con cánticos de júbilo. |
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