SERENIDAD
Sé tranquilo en tu interior. Deja que esa paz y esa alegría interior irradien a
través de un semblante sereno. Un semblante sereno es pacífico, sonriente,
serio y no muestra
ninguna emoción violenta. Es como la superficie de un lago en calma. La
irritabilidad es precursora de violentas explosiones de cólera. Vigila las
alteraciones del equilibrio mental. Observa las pequeñas olas de cólera que
rizan el lago de tu mente. No permitas que adquieran grandes proporciones. Entonces
alcanzarás un estado de no irritabilidad, de paz y amor.
REGULARIDAD
Sé regular en tus hábitos diarios, en tus prácticas espirituales y en tu
trabajo. Levántate siempre a la misma hora. Sé puntual en tus actividades. Eso
te liberará de preocupaciones y ansiedades. Harás siempre lo correcto en su
justo momento.
SINCERIDAD
Deja que tus palabras coincidan con tus pensamientos. Deja que tus acciones
coincidan con tus palabras. Deja que haya armonía entre tus pensamientos,
palabras y acciones.
SIMPLICIDAD
Sé natural. Habla con sencillez. No retuerzas las palabras, no caigas en los
tópicos.
Sé llano. Evita la diplomacia, el disimulo y la sinuosidad.
VERACIDAD
HUMILDAD
No alardees de tu nacimiento, posición, cualidades o logros espirituales.
Recuerda la naturaleza de todas las cosas. Elogia a otros. Ve a Dios en todos.
Trata incluso a la más pequeña de las criaturas como a tu igual.
ECUANIMIDAD
Ten calma. Soporta pacientemente el insulto, la injuria, el sufrimiento, el
fracaso y la falta de respeto. No te engrías con la alabanza, el éxito y los
honores. En ambas situaciones mantén una actitud equilibrada. Obra igual con
los amigos y con los enemigos. No dejes nunca que nada disturbe tu paz
interior.
CONCENTRACIÓN
Recuerda que una mente inconstante no tiene posibilidades de alcanzar nada.
Despierta tu discriminación. Elige tu ideal. Tenlo siempre presente. No dejes
que tu mente se aparte de él ni un solo momento.
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