Un sabio,
decía que nuestra forma de pensar se congela y nos quedamos recorriendo siempre
los mismos caminos, pues la mente se fija a las cosas que pensamos. Hoy en día
este fenómeno se conoce como "paradigma".
Imaginemos
que vamos en bicicleta por una carretera: el aire fresco golpeándonos el
rostro; los árboles, las nubes, la naturaleza, las aves, los montes lejanos...
Imaginemos que de pronto vemos una gran piedra en medio del camino.
Si fijamos
toda nuestra atención en la piedra -es decir, en el obstáculo-, por más que
sólo ocupe un breve espacio en la carretera, terminaremos chocándonos con ella.
Pensemos
cuántas veces descubrimos un obstáculo en la vía y, al asumirlo como si fuera
lo único, hacemos desaparecer todas las demás opciones (los árboles, las nubes,
el resto del camino), dirigiéndonos irremediablemente hacia él, hacia la
piedra.
No
permitamos hoy que los obstáculos desvien nuestra atención y nos hagan creer
que ya no hay salida, siempre hay oportunidades que vienen con ellos.
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