miércoles, 30 de mayo de 2018

NUEVO DÍA


UN HOMBRE NUEVO…
Debe tener la disposición a renunciar a todas las formas de tener, para poder ser plenamente.
Sentir seguridad, tener sentimientos de identidad y confianza basados en la fe en lo que uno es, en la necesidad de relacionarse, interesarse, amar, solidarizarse con el mundo que nos rodea, en lugar de basarse en el deseo de tener, poseer, dominar al mundo, y así volverse esclavo de sus posesiones.
Aceptar el hecho de que nadie ni nada exterior al individuo le da significado a su vida, sino que esta independencia radical, y no la ambición, pueden llegar a ser la condición de la actividad plena, dedicada a compartir e interesarse por sus semejantes.
Sentir la alegría que causa dar y compartir, y no acumular y explotar.
Amar y respetar la vida en todas sus manifestaciones, sabiendo que no es sagrada la cosa, ni el poder, ni lo que está muerto, sino la vida y todo lo que contribuye a su desarrollo.
Tratar de reducir en la mayor medida posible la codicia, el odio y los engaños.
Desarrollar la capacidad de amar, y el pensamiento crítico, no sentimental.
Saber que ningún desarrollo es sano si no ocurre en una estructura, pero conocer también la diferencia entre la estructura como atribuyo de la vida, y el “orden” como atributo de no vivir, de la muerte


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