HOMENAJE EN EL 25 ANIVERSARIO A LOS TRABAJADORES QUE PARTICIPARON EN LA EXTINCIÓN DEL INCENDIO DE MONTEPRIETO EN BORNOS



EN ESTE DESASTRE NATURAL PERDIERON LA VIDA CINCO PERSONAS ENTRE LOS QUE SE ENCONTRABAN DOS BORNICHOS Y RESULTÓ HERIDO OTRO VECINO

El  próximo jueves 7 de septiembre el Ayuntamiento de Bornos va a realizar un homenaje a los trabajadores que participaron en la extinción del incendio de Monteprieto, del que se cumplen 25 años.

En esta catástrofe perdieron la vida un total de cinco trabajadores, dos de ellos de Bornos, resultando herido también otro vecino del municipio. Todos eran miembros de un retén del plan de lucha contra incendios de Andalucía (el actual Infoca) que se vieron atrapados por el efecto chimenea.

El Ayuntamiento aprobó una moción a instancias del grupo Izquierda Unida para rendirles homenaje por su gran trabajo, en la conmemoración del 25 aniversario. “El pueblo de Bornos debe un reconocimiento a estos trabajadores que perdieron su vida y a los que sufrieron accidentes luchando en defensa de nuestro más preciado patrimonio natural”, recoge la moción.

El homenaje tendrá lugar el próximo jueves 7 de septiembre a las 18:00 horas  en el mirador de la Avenida del Pinar, junto al monolito de Bornos. (primera entrada a Bornos desde Jerez). Participarán el equipo de Gobierno, autoridades y familiares.

Se procederá al descubrimiento de un “placa conmemorativa”  en agradecimiento a la labor de estos trabajadores.

DÍA: JUEVES 7 DE SEPTIEMBRE

HORA: 18:00 HORAS


LUGAR: PLAZA EN LA ENTRADA DE BORNOS, POR LA AVENIDA DEL PINAR (PRIMERA ENTRADA DESDE JEREZ)

NUEVO DÍA

RECUERDOS.
Tengo muchos recuerdos de mi padre y de cómo crecí a su lado en nuestro departamento junto a las vías del tren elevado.
Durante veinte años oímos el rugido del convoy cuando pasaba por la ventana de su dormitorio.
De noche, tarde, papá esperaba solo en las vías el tren que lo llevaba a su empleo en la fábrica, donde trabajaba en el turno de medianoche.

Esa noche en particular, esperé con él en la oscuridad para despedirlo.

Su rostro estaba triste. Su hijo menor, es decir yo, había sido reclutado.
Le tomarían juramento a la mañana siguiente a las seis, mientras él estaba en su máquina de cortar papel en la fábrica.


Mi padre había hablado de su rabia. No quería que “ellos” se llevaran a su hijo de sólo diecinueve años, que nunca había bebido o fumado un cigarrillo, a pelear en una guerra en Europa.

Puso sus manos en mis delgados hombros.

-Ten cuidado, Jorge, y si alguna vez necesitas algo, escríbeme y me ocuparé de que lo consigas.
De pronto oímos el rugido del tren que se aproximaba. Me abrazó con fuerza y me besó suavemente en la mejilla. Con los ojos llenos de lágrimas murmuró:
-Te quiero, hijo mío.
Entonces llegó el tren, las puertas lo encerraron dentro y desapareació en la noche.
Un mes mas tarde, a los cuarenta y seis años, mi padre murió.
Tengo setenta y seis en el momento de sentarme a escribir esto.
Una vez oí a Pete Hamill, el periodista de Nueva York, decir que los recuerdos son la mayor herencia de un hombre, y tengo que coincidir con él.
Sobreviví a cuatro invasiones en la Segunda Guerra Mundial. He tenido una vida llena de todo tipo de experiencias.

Pero el único recuerdo que permanece es el de aquella noche en que mi papá me dijo:

“Te quiero, hijo mío” .-