miércoles, 25 de noviembre de 2015

MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO ALCALDE DE ARCOS Y DE LA DELEGADA DE IGUALDAD


MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
ALCALDE

En el marco de la conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, quiero, en primer lugar, recordar a las mujeres y a las niñas y niños que han sido asesinadas como consecuencia de la violencia de género por sus parejas o exparejas. Y, en segundo lugar, declararme feminista. 
La violencia de género se sustenta sobre una estructura social fuertemente consolidada que la alimenta a través del tiempo y en cualquier estructura socio - política llamada Patriarcado.
Como hombre, ya nací con unos privilegios que le son negados a las mujeres simplemente por serlo, pero a mi también se me prohíbe hacer cualquier cosa que no sea considerada “de hombres” por el Patriarcado. Así, entre otras exigencias y limitaciones, no puedo ser sensible, llorar o compartir tareas domésticas sin ser tachado de calzonazos o débil y sí tengo que ser duro, resistente, un crack sexual y asumir cualquier reto que implique peligro o riesgo. Con esto quiero decir, que el sistema Patriarcal también es nocivo para los hombres al no permitirnos elegir cómo queremos ser hombres porque no nos deja más alternativa que tener que cumplir el estereotipo que nos impone.
¿Y cuál es la alternativa al Patriarcado? Sin duda alguna, el Feminismo. El Feminismo es un movimiento social y político que tiene como objetivo alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres. Sin embargo, el patriarcado hunde sus raíces en lo más profundo de nuestras sociedades y contamina cualquier intento de erradicarlo. Y eso hace con el Feminismo. Nos confunde y trata de hacernos creer que el Feminismo es algo perjudicial para la sociedad y consigue que, incluso las propias mujeres, lo rechacen y renieguen de él.
A eso se le llama desigualdad estructural y ahí es dónde debemos intervenir desde los poderes públicos removiendo los obstáculos que dificultan la igualdad entre la ciudadanía como bien recoge nuestra Constitución. No podemos pasar por alto que la lucha contra la violencia de género no será efectiva sin luchar por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Pero yo hoy quiero empezar por el principio declarándome Feminista.
Y lo soy porque me duele cada vez que asesinan a una mujer que mañana puede ser mi hermana, mi hija, mi amiga o mi vecina;
porque no soporto que las mujeres no puedan ser dueñas de su vida y elegir cómo vivirla y que los hombres tampoco podamos;
porque no comparto que haya hombres que consideren a las mujeres objetos de su propiedad y que las conviertan en muñecas rotas y se llamen hombre igual que yo;
porque tengo la obligación como hombre y alcalde de esta preciosa ciudad de contribuir a transformar la sociedad y dejar, cuando me vaya, una ciudad lo más libre posible de violencia machista;
y porque no dudéis ni un minuto que rechazo con todas mis fuerzas la violencia de género.





Pero principalmente, porque estoy convencido de que todos ganamos en una sociedad feminista que favorezca una nueva forma de ser hombre, a través de modelos de masculinidad respetuosos e igualitarios, que permitan la libertad y la paz para hombres y  mujeres.
Gota a gota se conforma un océano, persona a persona concienciada de la importancia de su aportación a la igualdad, se conforma una sociedad libre de violencia.
Y así, me uno al lema de nuestra Delegación de Igualdad: De todo corazón: ¡no a la violencia de género!


MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
DELEGADA DE IGUALDAD
El 25 de noviembre de 1960 en República Dominicana, fueron torturadas y asesinadas, Minerva, Mª Teresa y Patria Mirabal, opositoras de la dictadura de Trujillo, conocidas con el nombre clave de “Las Mariposas”.
En el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe celebrado en Bogotá en 1981, el 25 de noviembre fue declarado Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, en recuerdo de estas tres hermanas asesinadas. En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas le concedió a esta fecha carácter oficial.
De esta manera, todos los 25 de noviembre, a nivel internacional, recuperamos  la memoria colectiva de todas las mujeres que han sufrido cualquier tipo de violencia machista y de todas aquellas que han perdido la vida luchando por la defensa de los derechos humanos.
El asesinato de las hermanas Mirabal se convierte así en un símbolo de toda la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el planeta. Violencia amparada, justificada y legitimada por un sistema patriarcal donde el machismo está tan imbricado en nuestro imaginario colectivo que ni siquiera nos paramos a cuestionarlo.
Por ello, en el día de hoy, desde nuestra Delegación nos hemos acercado al símbolo de las hermanas Mirabal para lanzar un mensaje a la ciudadanía: tenemos que reflexionar y cuestionar el imperio machista que tanto daño hace a las mujeres, a sus hijos e hijas, a sus familias y a todos los hombres igualitarios y feministas que se avergüenzan de sus congéneres maltratadores y que luchan por ser “de otra manera”.




Hoy, con el lema “De todo corazón, no a la violencia machista”, quiero pediros que cada persona que me escucha se pregunte a sí misma qué puede hacer para apoyar a las mujeres que se encuentran atrapadas en esa telaraña del maltrato; qué mariposa puede colocar en el árbol de la vida que entre todas y todos debemos cultivar; cuál puede ser su aportación para transformar esa telaraña en una red de apoyo que contribuya a sanar las heridas producidas por el machismo y a  parar el incesante goteo de asesinatos ante los que nos estamos insensibilizando por cotidianos.  Porque esa también es nuestra responsabilidad como ciudadanas y ciudadanos.
Reclamar la responsabilidad de la propia ciudadanía no es motivo para no reclamar también la responsabilidad de los que gobernamos sea en el nivel que sea. Intervenir contra la violencia machista también supone intervenir sobre las causas sociales que actúan como base de las desigualdades. Y para ello se hace necesario el desarrollo de políticas de igualdad que contemplen el respeto a los derechos de las mujeres. Ese es nuestro compromiso como equipo de gobierno y quiero deciros que no os quepa la menor duda de que vamos a poner nuestro esfuerzo en dejar nuestra mariposa en el árbol de la vida favoreciendo la puesta en marcha de recursos que faciliten a las mujeres zafarse de la tela de araña y poder emprender su vuelo. 
Si entre todos arrimamos nuestro hombro, estoy convencida de que lo lograremos. De todo corazón: ¡No a la violencia de género!




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