DECRETO PARA SER FELIZ
No pierdo el tiempo pensando
en lo que me puede suceder mañana;
disfruto este momento,
aquí y ahora,
puesto que esta es la única
realidad.
El futuro es la mayoría de las
veces imprevisible
y pocas veces acierto en lo
que me va a suceder.
La única verdad que conozco de
mi futuro es la de mi muerte física,
pero no me asusta,
porque tengo la certeza de que
es tan solo un cambio de estado;
que es una experiencia que
tengo que vivir necesariamente
y que supone un paso más en el
camino hacia mi evolución espiritual.
Me libero de los
apegos a las cosas materiales y de esta forma el cambio se produce más
dulcemente.
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