Sonríe,
la vida es bella Dios nos ha rodeado de tanta belleza que tan sólo necesitamos
abrir los ojos para comprobarlo: el cielo tan lleno de estrellas, un bebé que
sonríe despreocupado…
Enfrenta
tus días con los ojos abiertos a las cosas buenas: levantándote cada mañana y
diciendo “¡gracias Señor!”… ¡Sobre todo porque te ha regalado otro día más para
vivir! Trata de hacer de tu día algo positivo y bello, y no dejes que el estrés
o los problemas te abrumen.
Sonríe a
la tristeza, levanta la cabeza y camina como con seguridad, que el mundo está a
tus pies.
Hay
personas que viven en completa amargura y nunca te darán una frase de aliento
(todo lo contrario, seguramente te criticarán. No verán tus cualidades sino
solamente tus defectos).
¡A esa
clase de personas demuéstrales lo segura y fuerte que eres! Demuéstrales lo
feliz que eres, con toda esa autoestima que sube más allá de las nubes…
No
dediques las noches a pensar en tus problemas. Tenemos la mala costumbre de
llevar todos nuestros problemas a la cama, y eso no nos ayuda en nada. Debes
descansar, reconociendo que tienes el día a día para solucionar tus problemas.
Autor
Desconocido
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