S O N E T O
Del extenso, vario y bello
paisaje
que desde casa la mirada alcanza
-lago, sierras y campos de
labranza-
a recibir he vuelto su mensaje.
Siempre me supo a poco su
lenguaje,
cuando verde, con notas de
esperanza,
y en secano, con tiempo de bonanza,
rendía en ARCOS tiempo de
hospedaje.
Hasta mi lejana, normal estancia,
ciudad de asfalto y rededor
urbano
de su eco oigo constante
resonancia.
El retorno, en venero de deseo,
-se repite verano tras verano-
como visita a natural museo.
Arcos de la Frontera , 8 de agosto 2002.
Ramón
VÁZQUEZ ORELLANA.
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