Todos los días, regálese unos minutos en silencio,
tranquilice sus sentidos, aléjese del ruido y de la agitación normal de sus
actividades, intente calmar el torrente de sus pensamientos. Cierre los ojos y
concéntrese en su respiración, sólo en su respiración durante algunos pocos
minutos. Este ejercicio será muy beneficioso para su mente y su espíritu, unos
pocos minutos en silencio pueden ayudarle a mantener serenidad, paz interior y
a prevenir o aliviar el es
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