Villaluenga presenta su Festival Taurino del 6 de abril, con Jesulín de Ubrique, Rafael Tejada, Ferrer Martín e Ignacio Bonmatí


Villaluenga presenta su Festival Taurino del 6 de abril, con Jesulín de Ubrique, Rafael Tejada, Ferrer Martín e Ignacio Bonmatí

El alcalde, Alfonso Moscoso, destaca la “histórica vinculación al mundo del toro” de la localidad serrana, que ese fin de semana acogerá la V Muestra del Queso Artesano de Andalucía

Villaluenga del Rosario acogerá el próximo 6 de abril un gran Festival Taurino en coincidencia con la celebración de la V Muestra del Queso Artesano de Andalucía, una de las principales citas turísticas y sociales de la localidad serrana. El cartel del evento, presentado en el Parador de Ronda, ha despertado una notable expectación entre los aficionados.

El próximo 6 de abril, la plaza de toros de Villaluenga del Rosario acogerá la lidia de seis novillos de Jesús Janeiro Bazán. Cuatro de ellos formarán parte de un mano a mano entre Jesulín de Ubrique y Rafael Tejada, de Ronda. Los dos restantes serán lidiados por el rejoneador Ferrer Martín y por el novillero Ignacio Bonmatí Bohórquez.

El alcalde de Villaluenga del Rosario, Alfonso Moscoso, ha destacado que este Festival Taurino supone “una de las principales actividades de la programación paralela de la V Muestra del Queso Artesano de Andalucía, que se celebrará a lo largo del primer fin de semana de abril y que reunirá a miles de personas en la localidad”.

Alfonso Moscoso ha señalado que “Villaluenga del Rosario tiene una importante vinculación con el queso, que de hecho supone la primera industria local. Pero igualmente cuenta con una histórica vinculación con el mundo del toro, como demuestran tanto su Plaza Bicentenaria como el importante peso de la afición taurina local, que ha hecho posible que por nuestro coso hayan pasado las principales figuras del escalafón”.

BUENOS DÍAS DESDE ARCOS DE LA FRONTERA


Hoy me di cuenta que lo que llamo felicidad no es una línea, sino segmentos que se acompañan de retos y caídas que me hacen apreciar ese pedacito en la línea. No puedo decir que soy feliz siempre, pero sí que en momentos he logrado sentirme pleno y esos momentos son los que me hacen levantarme tras las dificultades, tras esos segmentos de infelicidad que también son imprescindibles, tanto como lo bello de la vida.
Hoy aprendí que ser fuerte se aprende y se logra solo cuando te das la oportunidad de serlo, cuando te comprometes contigo mismo a recomenzar, a olvidar, a intentar o dejar de hacerlo, cuando por fin has decidido ser feliz

PENSAMIENTO POSITIVO

En los tiempos que las monedas valían lo que decían, un hombre misterioso le ofreció a un campesino una de dos monedas: una de oro y otra de cobre. El campesino, sin pensarlo dos veces, aceptó la de oro.
En la esquina, sin embargo, se encontró con ladrones. Aunque logró mantener la moneda, fue herido en la pierna y pasó a ser cojo desde esa época, pero de todos modos alcanzó a herir uno de los ladrones en el brazo. Y este fue el primer de múltiples problemas. Al saber que tenía la moneda de oro - pues contó a todos sobre el hecho - muchos le trataron de hacer trampas y algunos lo lograron; mujeres aparecieron y él se separó de la suya, para después ser abandonado por las demás. Irónicamente, nunca logró gastar la moneda de oro y vivió un año de total miseria.
Al cabo del año, volvió a encontrarse con el hombre misterioso y le tiró la moneda a los pies, yéndose corriendo de ahí. El hombre, humildemente se agachaba y la tomaba del piso, cuando alguien apareció para ayudarla. Era otro campesio, éste con ojos brillantes y mucha vida. Nuevamente el hombre le ofreció las dos monedas y el campesino, tras pensar mucho, decidió tomar la de cobre.
Al pasar por los mismos ladrones, les mostró lo que tenía y éstos lo perdonaron; sin embargo, notó que uno de los hombres tenía el hombro mal, así que le dio algo de su dinero - pero no la moneda de cobre - y le indicó donde podía conseguir hierbas para curarle. Agradecidos, los ladrones se fueron.
El campesino ahora estaba totalmente sin dinero, pero en el camino, encontró a un hombre muy anciano que trataba de mover un burro que a su vez arrastraba varios tipos de verdura. El campesino se acercó y literalmente charló con el burro, hasta que éste se movió. Impresionado, el hombre le dio algo de sus verduras.
El joven separó algo de las verduras para sí mismo y vendió otras, recuperando y doblando lo que había dado a los ladrones. Pero, al saber que tenía dinero, muchos trataron de hacer trampa y fueron los mismos ladrones que aparecieron y los ahuyentaron, dejando el campesino irse, sin problemas. Eventualmente, el campesino logró comprar más verduras, las vendió siempre doblando sus logros.
En un año, era un hombre bien establecido, casi rico, completamente feliz. Irónicamente, nunca logró gastar la moneda de cobre, a pesar de su vida de abundancia.
Al cabo del año, volvió a encontrarse con el hombre misterioso y le devolvió agradecido la moneda. El hombre, humildemente la aceptó y se quedó ahí esperando por la siguiente persona a quien iría ofrecer la moneda de oro y la moneda de cobre.