miércoles, 23 de octubre de 2013

UNA PARÁBOLA

Un famoso maestro se encontro frente a un grupo de jovenes que estaban en contra del matrimonio.
Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relacion cuando este se apaga en lugar de entrar a la hueca monotonia del matrimonio.
El maestro les dijo que respetaba su opinion, pero les relato lo siguiente:
"Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrio un infarto. Cayó.
Mi padre la alcanzo, la levanto como pudo y casi a rastras la subio a la camioneta.
A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital. Cuando llego, por desgracia, ya habia fallecido.

Durante el sepelio, mi padre no hablo, su mirada estaba perdida.
Casi no lloro. Esa noche sus hijos nos reunimos con el.
En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anecdotas. El pidio a mi hermano teologo que le dijera, donde estaria mamá en ese momento.
Mi hermano comenzo a hablar de la vida despues de la muerte, conjeturo como y donde estaria ella.
Mi padre escuchaba con gran atencion.
De pronto pidio "llevenme al cementerio".
"Papá" respondimos " ¡Son las 11 de la noche! ¡No podemos ir al cementerio ahora!" Alzo la voz y con una mirada vidriosa dijo:
"No discutan conmigo por favor, no discutan con el hombre que acaba de perder a la que fue su esposa por 55 años".
Se produjo un momento de respetuoso silencio.
No discutimos mas.
Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador, con una linterna llegamos a la lapida.
Mi padre la acaricio, oró y nos dijo a sus hijos que veiamos la escena conmovidos:

"Fueron 55 buenos años... ¿Saben? Nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer asi'".
Hizo una pausa y se limpio la cara.
"Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis. Cambio de empleo" continuo':
"Hicimos el equipaje cuando vendimos la casa y nos mudamos de ciudad.
Compartimos la alegria de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad, y perdonamos nuestros errores...
hijos, ahora se ha ido y estoy contento, ¿Saben porque? porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agonia y el dolor de enterrarme, de quedarse sola despues de mi partida.
Sere yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera..."

Cuando mi padre termino de hablar, mis hermanos y yo teniamos el rostro empapado de lagrimas.
Lo abrazamos y el nos consolo:
"Todo esta bien hijos, podemos irnos a casa; ha sido un buen dia".
Esa noche entendi lo que es el verdadero amor.
Dista mucho del romanticismo, no tiene que ver demasiado con el erotismo, mas bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas.

Cuando el maestro termino de hablar, los jovenes universitarios no pudieron debatirle.
Ese tipo de amor era algo que no conocian.

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