Hiram creció en un hogar sin amor. Nunca vio a su madre derramar una
lágrima. Su padre fue siempre frío y áspero.
El más grande temor de Hiram en la vida
era de que llegase a ser lo que su padre ya lo consideraba: un fracaso. A la
edad de 17 años, pesando sólo 55 Kg, Hiram se enroló en la Academia Militar de
los Estados Unidos. Él no quería asistir a la Academia Militar. De hecho,
menospreciaba la Academia Militar, pero no se atrevió a desafiar el deseo de su
padre.
Al comienzo se desempeñó pobremente en sus
estudios, pero, al adaptarse, sus calificaciones mejoraron gradualmente y para
cuando se graduó, su promedio figuraba apenas debajo de la mediana de su clase.
Poco después de la graduación, regresó a
su pueblo natal vistiendo su uniforme militar. Para su vergüenza, cuando llegó,
¡la gente de su comunidad se rió de él! Simplemente no podían aceptar a un
"fracaso" como Hirma como soldado.
Esta humillante recepción dejó una
profunda impresión en Hiram para el resto de su vida. Años después, tras llegar
a convertirse en un general de tres estrellas, Hiram se sentía incómodo
luciendo el uniforme. En consecuencia, cada vez que podía, vestía una camiseta
con tres estrellas cosidas en cada hombro en vez de su uniforme regular.
Eventualmente Hiram se sobrepuso al sarcasmo
y ridículo recibido de su familia y "amigos" alcanzando el rango
militar más alto cuando fue nombrado el líder del Ejército de la Unión.
¡Y qué líder llegó a ser! Y es que,
verán, Hiram es conocido por nosotros hoy como Ulises S. Grant, ¡el gran general
del Ejército de la Unión que más tarde llegaría a ser presidente de los Estados
Unidos!
Hiram experimentó humillación;
experimentó rechazo; experimentó fracaso. Pero porque rehusó definirse a sí
mismo por los escollos de su pasado, porque perdonó a sus atormentadores y
olvidó sus fracasos, ¡Ulises S. Grant pudo buscar muy dentro de sí mismo y
desatar todo su potencial!
Charles C. Lever
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