miércoles, 26 de junio de 2013

BUENOS DÍAS DESDE ARCOS DE LA FRONTERA

Mi madre, mi mejor Amiga


La historia cuenta que un hombre va a visitar a su amigo, tomando un café, entre tantas cosas le comenta: 
- Mi mamá me llama mucho por teléfono a la oficina, solo para pedirme que vaya a conversar con ella, siempre las mismas quejas, que se siente sola, la verdad voy muy poco a visitarla y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser. Ya sabes como son los viejos; cuentan las mismas cosas una y otra vez y sin mencionar las nuevas dolencias que estrenan cada día. Como tu sabes siempre me falta el tiempo, los compromisos de trabajo, los hijos, los amigos, el tiempo pasa muy rápido y no me queda tiempo, en fin tu sabes como es.


El amigo que lo escuchaba con mucha atención, le responde:
- Yo en cambio, converso mucho con mi mamá; cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento solo o cuando tengo un problema y necesito fortaleza, voy a visitarla y ella me da reconforta, me da fortaleza, y siempre termino sintiéndome mejor.

- Eres mejor que yo, respondió el otro.

- No creas, soy igual que tu, o al menos lo era, respondió este con tristeza. En realidad visito a mi mamá en el cementerio.
Murió hace tiempo, mientras estuvo conmigo, tampoco yo iba a conversar con ella, pensaba y sentía lo mismo que tú. Y no sabes cuanta falta me hace ahora su presencia, cuánto no daría por sentir sus caricias que con tanto amor me prodigaba, y que rechazaba porque pensaba que ya no era un niño; cuánta tristeza me da no haber escuchado sus consejos, cuando con torpeza le decía: ¡Yo sé lo que hago!, y por ello cometí tantos errores. Ay amigo, si supieras ahora como la extraño, ahora ya tarde me doy cuenta de que es mi mejor amiga.
Sabes, yo tampoco tenía tiempo, mis ocupaciones eran tantas que la visitaba muy frecuentemente y solo por unos minutos. Ahora, que no está le dedico todo el tiempo, quizás se por culpa y arrepentimiento. 

Cuando sentado en la tierra fría del camposanto mirando solo su foto en el muro gris, en el que le escribí “Te amo”, palabras que nunca escuchó de mis labios. Cada vez que la visito le pido a ella y a Dios que me perdone por haber sido tan duro, por haberla tratado mal, por haberle gritado, por ser tan desamorado, tan hipócrita, y por el poco afecto que no le brinde, más el silencio me responde y cuando una brisa acaricia mis mejillas, siento que ella me perdona y a pesar de todo se que me sigue amando con todo su corazón.
Mirando a su amigo con ojos empañados, le dice: - Discúlpame este arranque, pero si de algo te sirve mi experiencia, conversa con ella hoy que la tienes, valora su presencia resaltando sus virtudes que seguro posee, deja a un lado sus errores, que de una u otra forman parte de su ser. No esperes a que ya no porque ahí el dolor llega hasta lo más profundo del alma, porque entiendes que ya nunca podrás hacer lo que dejaste pendiente, será un hueco que nunca podrás llenar. No permitas que te pase lo que me pasó a mí.
De regreso a su oficina, iba pensando en las palabras de su amigo. Cuando llegó, dijo a su secretaria: ¡Comuníqueme por favor con mi madre, no me pase mas llamadas y también modifique mi agenda porque este día lo dedicaré a ella!

¡No dejes pasar este día sin decirle a tu madre “TE AMO”

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