Que sepas, en tu corazón, que hay otros que nunca te olvidan.
Que siempre encuentres un arco iris después de una tormenta.
Que celebres las cosas maravillosas que hay en ti. Y cuando llegue el mañana,
que puedas comenzar de nuevo.
Que recuerdes cuántas sonrisas pueden llenar un día.
Que creas que tus anhelos serán una realidad.
Que encuentres tiempo para apreciar la vida y tiempo para compartir tu belleza
espiritual.
Que veas tu presente como un regalo, y tu futuro como otro más.
Que agregues una página dorada al diario de cada nuevo día, y que puedas
convertir "La felicidad eterna" en eterna felicidad. Y que siempre
sigas sembrando las semillas de tus sueños.
Porque si sigues creyendo en ellos, tus sueños seguirán tratando de florecer en
ti. La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, sino de lo que
pasa dentro de nosotros.
La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los
problemas de la vida.
La felicidad es un asunto de valentía; es tan fácil sentirse deprimido y desesperado.
La felicidad es un estado de la
mente. No somos felices en tanto no decidamos serlo.
La felicidad no consiste en hacer siempre lo que queremos; pero sí en querer
todo lo que hagamos.
La felicidad nace de poner nuestros corazones al hacer nuestro trabajo con
alegría.
La felicidad no tiene recetas; cada quién la cocina con la sazón de su propia
meditación.
La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar.
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