viernes, 1 de febrero de 2013

SALVADOR HUESO SAÑUDO ....Cuando no se da la talla


Cuando no se da la talla


Cada vez estoy más convencido que uno de los dones de mayor valor del hombre es la sensatez de aceptar hasta donde llegan sus limitaciones para no caer en la ridiculez por su incompetencia. Nuestras prendas de vestir, nuestro traje, con chaleco o sin él, deben ser a medida de nuestra constitución física, y de ahí que se diga que “el traje le queda grade” a alguien que no tiene aptitud ni inteligencia para ocupar el cargo o representación que ostenta. Pero la ignorancia, atrevida e irresponsable, es la primera que se le deja ver al insensato. Ignorancia que le llevará en poco espacio de tiempo a sepultarle dentro de su propia incapacidad resolutiva para gestionar cualquier tipo de conflicto. Sancho Panza creyó de vera, y estuvo convencido, de ejercer de gobernador de la ínsula de Barataria y de hacerlo bien.
Lo deseable, para todos, sería el disponer de la capacidad de discernimiento necesaria para darnos cuenta hasta cuales son las metas susceptibles de desempeñar en las que se preste un servicio acorde con nuestra formación sin hacer el risible. Pero el egoísmo, la vanidad, el afán de figurar, lleva a los inquilinos de mayor sapiencia del planeta Tierra, a prestarse a lo que haga falta con tal de figurar en lugar importante, preeminente, a sabiendas de que no dispone de la capacitación suficiente, pero su ambición y desconocimiento lo ciega hasta el punto de que él mismo llega a creérselo, que es idóneo y está capacitado para desempeñar el cometido que el cargo requiere, cuando en verdad es el bufón del evento, el hazmerreír de los demás, como magistralmente supo plasmarlo el Príncipe de los Ingenios en la figura del escudero de don Quijote.


Arcos de la Frontera (Cádiz), 15 de enero de 2013
Salvador Hueso Sañudo

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