Nunca está sólo. Dios siempre está ahí
para escucharte, hablarte, aconsejarte, guiarte. Tu eres el que se encarga de
apartarte de Él, de crear barreras, obstáculos, excusas para no recibir todo su
amor, ya que siempre te estás quejando o hablando o haciendo mil cosas que te
hacen olvidar de Él.
Adriana Robayo
Adriana Robayo
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