Alfredo fue a nadar, pero no pudo con la
corriente y las aguas lo arrastraron para lejos de la orilla.
Pronto, sintió desesperación: estaba ahogándose.
En este momento, una luz le apareció en la pantalla de su mente, y una voz muy
suave y dulce le dijo:
- Aquí tienes la oportunidad única de tomar una decisión para tu vida. Si
prometes nunca más angustiarse, afligirse, estresarse, desesperarse o
preocuparse, o sea, "ahogarse" en el mar revuelto de la vida, podrás
vivir. De lo contrario, tendré que llevar.
Alfredo entonces pensó. Fueron segundos que parecieron minutos. Miró su vida,
llena de preocupaciones y angustias y se preguntó si sería realmente capaz de
cumplir con la promesa. Entonces, cerró sus ojos y con mucho coraje, pronunció
internamente la palabra mágica:
- PROMETO.
Inmediatamente una mano agarró la suya y lo sacó del agua. Estuvo en el
hospital un buen tiempo y desde ese día, todos comentan los cambios que sufrió
Alfredo, el hombre que nunca más se preocupó con nada.
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