Un
día un sabio preguntó a sus discípulos lo siguiente:
- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
- ¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los
hombres pensaron unos momentos:
- Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos
- Porque perdemos la calma - dijo uno - por eso gritamos
-
Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? - preguntó una vez
más ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando
estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al maestro.
Finalmente
él explicó: - Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan
mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras
más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a
través de esa gran distancia.
Luego
preguntó: - ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan
sino que se hablan suavemente, por qué? Sus corazones están muy cerca. La
distancia entre ellos es muy pequeña.
Continuó:
- Cuando se enamoran más aún, qué sucede? No hablan, sólo susurran y se vuelven
aún más cerca en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se
miran y eso es todo. Así es cuan cerca están dos personas cuando se aman.
Luego
el sabio concluyó: Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no
digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea
tanta que no encontrarán más el camino de regreso.
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