Un joven
llamado Ronald tenía una tía que lo quería mucho y era muy bondadosa con él. En
una ocasión ella llevó al joven a un zapatero para que le hiciera un par de
zapatos a la medida.
El
zapatero le preguntó: ¿Quiéres los zapatos puntera cuadrada o redonda? Ronald
tartamudeo un poco, el no sabía lo que quería.
El
zapatero dijo: ” Esta bien. Ven por acá dentro de un par de días, me dices lo
que quieres y te haré los zapatos”. Dos días después, el zapatero lo vio en el
pueblo y le volvió a preguntar:
“¿Quiéres
los zapatos puntera cuadrada o redonda?
Ronald le
contestó: “No sé”.
El
zapatero le dijo: “Ven dentro de dos días y tus zapatos estarán listos”.
Ronald contaba que cuando fue a buscar los
zapatos, uno de ellos tenía la puntera cuadrada y el otro redonda.
El
zapatero lo miró y le dijo: “Esto te enseñará que desde ahora en adelante, no
debes permitir que la gente tome decisiones por ti”.
Y el joven agregaba: ” Aprendí allí mismo a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará por uno”
Y el joven agregaba: ” Aprendí allí mismo a tomar mis propias decisiones, si uno no lo hace, otro lo hará por uno”
¿No
sientes la suficiente confianza como para tomar una decisión, ya que tienes
miedo de cometer algún error?, bueno, pues entonces recuerda que inclusive las
malas decisiones pueden ser una excelente oportunidad de aprender.
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