lunes, 26 de noviembre de 2012

SALVADOR HUESO SAÑUDO... EL ENGAÑO Y LA DESCONFIANZA


El engaño y la desconfianza

Cuando alguien se acerca a un establecimiento, a comprar o concertar cualquier tipo de producto, el sentimiento primordial que lleva a flor de piel y en estado de vigía es el de que le puedan engañar, bien en la calidad o en la transacción que se vaya acordar, y como consecuencia de ello aflora otro sentimiento no menos importante como es la desconfianza. Dos parámetros, engaño y desconfianza, que se verán engrosados si, además, antes de interesarse le ofrecen la mercancía, con lo que el rechazo será el paredón de la inmediatez con el que habrá de enfrentarse la oferta.
Los credos, las religiones y los sistemas necesitan de un caldo de cultivo en el que puedan crecer y desarrollarse bajo los auspicios de alguien que conduzca y lidere a sus acólitos con ilusión y entusiasmo, con transparencia y lealtad, diciendo lo que haga y haciendo lo que diga, pero si su líder incumple lo que promete, engaña y no da la cara sus seguidores se sentirán defraudados y presto decaerá el entusiasmo y posterior alejamiento de sus seguidores aunque hayan de andar como perro callejero sin amo.
La gente ya está harta de mentiras, de promesas incumplidas, de achaques, de engaños y de tirar balones afueras, y de eso se ha de tomar conciencia porque se le acaba corrompiendo y no está bien, no es bueno que ocurra. Y no es bueno porque la verdad, la realidad, brilla por su ausencia, y el realismo es la primera condición de la credibilidad, y la credibilidad es la madre de la confianza.

Arcos de la Frontera (Cádiz), 03 de noviembre de 2012
Salvador Hueso Sañudo

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