miércoles, 10 de octubre de 2012

REFLEXIÓN SEMANAL DEL CONSEJO LOCAL DE HERMANDES Y COFRADÍAS DE ARCOS


Sagrada Escritura:

Primera: Sab 7, 7-11 
Segunda: Heb 4, 12-13 
Evangelio: Mc 10, 17-30 


Nexo entre las lecturas

Entre tantos valores que el hombre encuentra en su existencia, ¿cuál es el valor más importante, el valor supremo? El libro de la Sabiduría responde que ella es y posee una valor superior y más precioso que valores como el poder, la riqueza, la salud, la belleza (primera lectura). El encuentro con el joven "rico" permite a Jesús reafirmar el valor superior de su seguimiento sobre los bienes y riquezas de este mundo (Evangelio). La autoridad y penetración eficaz de la Palabra de Dios merece ser reconocida como valor supremo, al igual que el mismo Dios (segunda lectura). 


Mensaje doctrinal

1. Valores y jerarquía de valores. Tanto los individuos como las sociedades se rigen por valores, es decir, por todo aquello que es apreciado como un bien y que objetivamente lo es. Los valores personales son los que configuran el modo de ser, de vivir y de actuar de las personas, como los valores sociales son los que configuran el modo de ser, actuar y vivir de una sociedad. Los valores son múltiples y afectan a diversas áreas de la existencia humana (valores vitales, económicos, culturales, morales, religiosos). Ante la variedad y multiplicidad de valores, es necesario establecer un orden entre ellos y por consiguiente una jerarquía. En una auténtica jerarquía los valores religiosos ocupan el primer puesto, luego los morales, los culturales, los vitales y finalmente los económicos. Cualquier cambio en este orden jerárquico, resulta en perjuicio de la persona humana y, en definitiva, de la sociedad. Si por encima del seguimiento de Cristo ponemos los bienes de este mundo (valores económicos), el "bolsillo" mejorará, pero con desventaja y daño de la persona humana y de la fe cristiana. Si la fitness y la belleza se ponen por encima de los valores morales, la sociedad contará con grandes atletas y con cuerpos esbeltos, pero con detrimento de valores más profundamente humanos como la justicia, la honestidad, la lealtad, la fidelidad, la dignidad de la persona. Hasta ahora sólo hemos hablado de valores y jerarquía de valores. Aunque sea de paso, hay que mencionar la existencia también de "antivalores". O sea, de todo aquello que el individuo o la sociedad consideran como un mal, y lo es en realidad. El apego a las riquezas es un mal para el hombre, porque le impide seguir a Jesucristo y poner en Dios su corazón. 

2. Características del valor superior. En primer lugar, el valor superior explica todos los demás y les da sentido y plenitud. El amor a Dios como valor supremo no se opone al valor de los bienes materiales, ni al de la salud ni al de la belleza. Dios quiere que el hombre cuente con los medios necesarios para su vida, cuide su salud y la belleza de su figura. De esta manera, los bienes materiales no son sólo valores económicos, ni la salud y la belleza son sólo valores vitales, sino que adquieren una plenitud que en sí no tienen: forman parte del designio de Dios para con el hombre. La Palabra de Dios y su autoridad no se oponen a la autoridad y palabra de los padres, educadores, gobernantes; más bien, infunde en ellas una fuerza y eficacia que en sí no poseen. En segundo lugar, es Dios quien ilumina la inteligencia humana para ver cuál es el valor superior entre una serie de valores y cómo se ordenan esos valores entre ellos. El hombre a solas, sin la iluminación de Dios, corre el riesgo de construir jerarquías erradas. La primera lectura, por eso, comienza precisamente así: "Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría". En tercer lugar, el verdadero valor siempre termina recompensando con frutos buenos sea para el individuo sea para la sociedad. "Con ella me vinieron a la vez todos los bienes", dice la Sabiduría. Y Jesús responde a Pedro, que representa a los Doce: "Nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno ahora al presente... y en el mundo venidero la vida eterna". 


Sugerencias Pastorales

1. Donde está tu valor, ahí está tu corazón. Los valores que rigen la vida de una persona o de una sociedad son el índice de su categoría humana y cristiana. Actualmente, hay algo en nuestro ambiente que nos debe hacer reflexionar: en las estadísticas sobre los intereses y valores de los ciudadanos, ¿cuáles son los valores que más interesan y preocupan? En muchísimos, la salud; en otros muchos, el trabajo; no pocos se muestran preocupados también por el ambiente. Luego vienen los demás. ¿Nos damos cuenta de que en una recta escala de valores no son éstos precisamente los que ocupan el vértice? Al contrario, son valores económicos, vitales, que están en la base de la pirámide jerárquica. Ahora bien, donde están tus valores, ahí está tu corazón, es decir, toda tu persona (inteligencia, voluntad, afectividad, sensibilidad). Vales lo que valen tus valores. Si tu valor predominante es la salud, en cuyo altar sacrificas los demás valores, tu categoría humana y cristiana será más bien baja. Si tu valor predominante es Dios, entonces te elevas a una grande categoría humana y cristiana que se reflejará luego en tu vida moral, en tu trabajo, en tu familia, en el mismo cuidado de tu salud. Tengamos esto muy presente: Dios como valor supremo nos impide despreciar los demás valores; más aún, nos manda positivamente estimarlos, cuidarlos, buscarlos ordenadamente. Dios como valor supremo es la máxima riqueza del hombre. 

2. Se vive de valores. No es indiferente para los hombres y para los pueblos el que predominen unos u otros valores. Primero, porque los valores influyen y conforman la mentalidad de un individuo o de un grupo. Pero sobre todo porque los valores determinan la vida. Vivirás según que sean tus valores. Si tus valores predominantes son los vitales, todas tus actividades estarán determinadas por ellos, es decir, por una buena salud y un ambiente sano. ¿Para qué se trabaja? Para contar con medios que permitan estar en forma. ¿Para qué se reza? Para pedir a Dios salud. ¿Por qué se evita la droga, el alcohol, el tabaco? No por el desorden moral que implican, sino porque perjudican la salud. ¿Por qué partido se vota? Por aquel que asegure el mejoramiento de la sanidad y del ambiente. La salud se convierte en el eje a cuyo alrededor gira todo lo demás en la vida, y a cuyo valor se sacrifica cualquier otro valor. ¿Cuáles son los valores que gobiernan y dirigen tu vida? En tu medio ambiente (familiar, parroquial, comunitario), ¿cuáles son los valores supremos? ¿Qué puedes hacer para que los valores religiosos sean cada vez más en ti y en tus amigos, familiares, compañeros de clase o de trabajo, los valores que tengan el primer puesto en la escala de valores? 



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