Sagrada Escritura:
Primera: Sab 7, 7-11
Segunda: Heb 4, 12-13
Evangelio: Mc 10, 17-30
Nexo entre las lecturas
Entre tantos valores que el hombre encuentra en su existencia, ¿cuál es el
valor más importante, el valor supremo? El libro de la Sabiduría responde que
ella es y posee una valor superior y más precioso que valores como el poder, la
riqueza, la salud, la belleza (primera lectura). El encuentro con el joven
"rico" permite a Jesús reafirmar el valor superior de su seguimiento
sobre los bienes y riquezas de este mundo (Evangelio). La autoridad y
penetración eficaz de la Palabra de Dios merece ser reconocida como valor
supremo, al igual que el mismo Dios (segunda lectura).
Mensaje doctrinal
1. Valores y jerarquía de valores. Tanto los individuos como las
sociedades se rigen por valores, es decir, por todo aquello que es apreciado
como un bien y que objetivamente lo es. Los valores personales son los que
configuran el modo de ser, de vivir y de actuar de las personas, como los
valores sociales son los que configuran el modo de ser, actuar y vivir de una
sociedad. Los valores son múltiples y afectan a diversas áreas de la existencia
humana (valores vitales, económicos, culturales, morales, religiosos). Ante la
variedad y multiplicidad de valores, es necesario establecer un orden entre
ellos y por consiguiente una jerarquía. En una auténtica jerarquía los valores
religiosos ocupan el primer puesto, luego los morales, los culturales, los
vitales y finalmente los económicos. Cualquier cambio en este orden jerárquico,
resulta en perjuicio de la persona humana y, en definitiva, de la sociedad. Si
por encima del seguimiento de Cristo ponemos los bienes de este mundo (valores
económicos), el "bolsillo" mejorará, pero con desventaja y daño de la
persona humana y de la fe cristiana. Si la fitness y la belleza se ponen por
encima de los valores morales, la sociedad contará con grandes atletas y con
cuerpos esbeltos, pero con detrimento de valores más profundamente humanos como
la justicia, la honestidad, la lealtad, la fidelidad, la dignidad de la
persona. Hasta ahora sólo hemos hablado de valores y jerarquía de valores. Aunque
sea de paso, hay que mencionar la existencia también de
"antivalores". O sea, de todo aquello que el individuo o la sociedad
consideran como un mal, y lo es en realidad. El apego a las riquezas es un mal
para el hombre, porque le impide seguir a Jesucristo y poner en Dios su
corazón.
2. Características del valor superior. En primer lugar, el valor
superior explica todos los demás y les da sentido y plenitud. El amor a Dios
como valor supremo no se opone al valor de los bienes materiales, ni al de la salud
ni al de la belleza. Dios quiere que el hombre cuente con los medios necesarios
para su vida, cuide su salud y la belleza de su figura. De esta manera, los
bienes materiales no son sólo valores económicos, ni la salud y la belleza son
sólo valores vitales, sino que adquieren una plenitud que en sí no tienen:
forman parte del designio de Dios para con el hombre. La Palabra de Dios y su
autoridad no se oponen a la autoridad y palabra de los padres, educadores,
gobernantes; más bien, infunde en ellas una fuerza y eficacia que en sí no
poseen. En segundo lugar, es Dios quien ilumina la inteligencia humana para ver
cuál es el valor superior entre una serie de valores y cómo se ordenan esos
valores entre ellos. El hombre a solas, sin la iluminación de Dios, corre el
riesgo de construir jerarquías erradas. La primera lectura, por eso, comienza
precisamente así: "Supliqué y se me concedió la prudencia; invoqué y vino
a mí el espíritu de sabiduría". En tercer lugar, el verdadero valor
siempre termina recompensando con frutos buenos sea para el individuo sea para
la sociedad. "Con ella me vinieron a la vez todos los bienes", dice
la Sabiduría. Y Jesús responde a Pedro, que representa a los Doce: "Nadie
que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí
y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno ahora al presente...
y en el mundo venidero la vida eterna".
Sugerencias Pastorales
1. Donde está tu valor, ahí está tu corazón. Los valores que rigen la
vida de una persona o de una sociedad son el índice de su categoría humana y
cristiana. Actualmente, hay algo en nuestro ambiente que nos debe hacer
reflexionar: en las estadísticas sobre los intereses y valores de los
ciudadanos, ¿cuáles son los valores que más interesan y preocupan? En
muchísimos, la salud; en otros muchos, el trabajo; no pocos se muestran
preocupados también por el ambiente. Luego vienen los demás. ¿Nos damos cuenta
de que en una recta escala de valores no son éstos precisamente los que ocupan
el vértice? Al contrario, son valores económicos, vitales, que están en la base
de la pirámide jerárquica. Ahora bien, donde están tus valores, ahí está tu
corazón, es decir, toda tu persona (inteligencia, voluntad, afectividad,
sensibilidad). Vales lo que valen tus valores. Si tu valor predominante es la
salud, en cuyo altar sacrificas los demás valores, tu categoría humana y
cristiana será más bien baja. Si tu valor predominante es Dios, entonces te
elevas a una grande categoría humana y cristiana que se reflejará luego en tu
vida moral, en tu trabajo, en tu familia, en el mismo cuidado de tu salud.
Tengamos esto muy presente: Dios como valor supremo nos impide despreciar los
demás valores; más aún, nos manda positivamente estimarlos, cuidarlos,
buscarlos ordenadamente. Dios como valor supremo es la máxima riqueza del
hombre.
2. Se vive de valores. No es indiferente para los hombres y para los
pueblos el que predominen unos u otros valores. Primero, porque los valores
influyen y conforman la mentalidad de un individuo o de un grupo. Pero sobre
todo porque los valores determinan la vida. Vivirás según que sean tus valores.
Si tus valores predominantes son los vitales, todas tus actividades estarán
determinadas por ellos, es decir, por una buena salud y un ambiente sano. ¿Para
qué se trabaja? Para contar con medios que permitan estar en forma. ¿Para qué
se reza? Para pedir a Dios salud. ¿Por qué se evita la droga, el alcohol, el
tabaco? No por el desorden moral que implican, sino porque perjudican la salud.
¿Por qué partido se vota? Por aquel que asegure el mejoramiento de la sanidad y
del ambiente. La salud se convierte en el eje a cuyo alrededor gira todo lo
demás en la vida, y a cuyo valor se sacrifica cualquier otro valor. ¿Cuáles son
los valores que gobiernan y dirigen tu vida? En tu medio ambiente (familiar,
parroquial, comunitario), ¿cuáles son los valores supremos? ¿Qué puedes hacer
para que los valores religiosos sean cada vez más en ti y en tus amigos,
familiares, compañeros de clase o de trabajo, los valores que tengan el primer
puesto en la escala de valores?
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