La movilidad social
El padre peón, el hijo ingeniero; general de ejército hijo de un suboficial; de monaguillo a sochantre. En los tres casos, dentro del entramado social en el que el hombre se halla inmerso, se habría producido una movilidad social positiva, y regresiva invirtiendo los términos. Pero esto no sucede solamente en el ámbito de la comunidad humana sino en otras muchas facetas, y se produce sencillamente porque llega un momento en el que la situación se satura, como sucede cuando a un vaso con agua se le echa azúcar, que llega a un punto en el que no admite más porque se ha consumido toda el agua. De esta exposición se deduce que lo deseable sería que no se produzca la saturación y que surja el cambio a mitad de camino tanto en la fase de ascenso o esplendor como en la de decadencia o regresión, con lo que sus efectos no serían tan detractores.
El progreso de los países, las acciones bursátiles y otro muchos entes no pueden de manera ininterrumpida mantener una subida constante, sino que se mueven en fluctuaciones más o menos acentuadas y es en ello donde radica el que se cumplan los objetivos deseados, pues resulta poco atrayente cuando un determinado parámetro adopta una línea ascendente o de caída de modo ininterrumpido.
En un país en el que todos sus súbditos tengan un nivel socio-económico semejante, la movilidad social, en su doble vertiente ascendiente o regresiva, se produce con menor frecuencia que en aquellos otros en los que las diferencias sean muy marcadas.
Arcos de la Frontera (Cádiz), 01 de agosto de 2012
Salvador Hueso Sañudo
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