jueves, 14 de junio de 2012

NUEVO DÍA

Hace tiempo leí en un libro un proverbio hindú que, en cierta forma, me resume en parte:

“Cuando hables procura que tus palabras sean mejores que el silencio”.

Y es que, yo, siempre he considerado al silencio como un arma eficaz para evitar molestias.
Sobre todo cuando evitas decir esas cosas que no quieres recordar… o que te recuerden; o cuando callas aquello que quieres olvidar y lo das al olvido.
(Que siempre hay cosas de las que sientes que “es mejor no hablar”).
Además nunca me he dado tanta importancia como para sentir la tentación de contar a otros historias de mí
vida;(como ya he explicado, a veces, me cuesta trabajo hablar sobre determinados temas y “yo” soy uno de esos temas).
Pero, no creas, no viene mal ir sacando historias del pecho.
Aunque no es bueno ir contando siempre cosas tristes… se te encoge el corazón.
Tampoco es bueno estar leyendo siempre cosas tristes, que no todo tiene por qué sucederle a uno para que le entre… muy adentro, para que también empiece a encogerle.
Por eso, y a modo de disculpa, por sacudir al corazón de su tristeza, trataré de compartir también ratos felices. Porque para qué recordar, sólo, momentos tristes si también los he tenido más alegres.
¡De vez en cuando mirar al mundo desde otra perspectiva puede ser estimulante!.

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