jueves, 17 de mayo de 2012

NUEVO DÍA

No logré conquistar su amor... ¡Dios! Tú lo pusiste en mi camino, permitiste que nuestras miradas se cruzaran, que nuestras manos se estrecharan, dime como olvidarlo...
¿Por qué su amor no fue para mí?
¿Por qué mi amor no logro convencerlo?
¡Dios! He llorado tanto por su amor, mi llanto se ha secado, le he dado todas mis sonrisas, le entregué mi alma; y mi alma se ha llevado, le regalé la primicia de mi cuerpo y hoy de mi nada ha quedado.
¡Dios! ¿Por qué me he cegado? ¿Por qué la distancia lo ha desalentado? ¿Por qué mis besos ya no le inquietan? ¿Por qué su voz me ha abandonado? Acaso mi error, ¿fue haberlo amado?
¡Dios! Son muchas preguntas ¿Por qué ya no esta mas a mi lado? Dime que hago con este amor, este amor que nació, creció y parece que morirá conmigo desalentado.
¡Dios! ¿Qué daño le he hecho, por qué siento que todo ha sido en vano? ¿Merezco quizá este calvario? Si es así, mi Dios, ya mi corazón lo esta pagando.
¡Dios! ¿Dime qué más sigue? ¿Una vida sin él o un eterno descanso? ¡Dios, mis fuerzas se han agotado! ¿Cómo seguir luchando?
La desesperanza me ha alcanzado. Mi corazón se esta desangrando; su desamor lo esta matando.
¡Dios! Si por amarlo, estoy pecando, entonces arráncame este amor que me esta haciendo daño.
¡Dios! ¿Que no sientes mi dolor?, que no ves que sin él mi alma esta expirando.
¡Dios! Han sido muchos mis desvelos ¿Por qué he llegado hasta aquí? ¿Por qué se ha burlado de mi tristeza? ¿Por qué no le ha importado nada de mí? ¿Por que se ha vuelto inalcanzable? ¿Por qué me duele su olvido? ¿Por qué me ha engañado?
¿Por qué en su mundo ya no hay cabida para mí?
¿Por qué sus labios ya no me llaman?
¿Por qué sus manos ya no buscan mi cuerpo?
¡Dios! Perdóname, y si a él le espera el ocaso por mí, Dios, no permitas que por ello sufra, si más tarde el arrepentimiento lo alcanza, Dios, no permitas que esto suceda, no permitas que sus ojos lloren por mí, no dejes que conozca la traición, que alguien lo lastime, no lo dejes solo, mi dolor es inmenso, mas puedo soportarlo, no dibujes en su rostro la amargura.
Dios, cuídalo y borra de su mente mi recuerdo ¡Dios! No le hagas saber cuanto me ha herido.
¡Dios! Que nunca sienta mi olvido, no le hagas sentir esta angustia, no lo abandones.
Dios, escucha mis oraciones, bendice su camino.
Dios, que mi muerte y este dolor no sean en vano, me estoy hundiendo, pero no quiero que él se hunda a mi lado.
Y perdónalo, por no tener piedad de un corazón destrozado.
Dios…
Yo en verdad lo amo.
Autor desconocido
Colaboración de Nancy Rivas Herrera

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