sábado, 21 de abril de 2012

ARTICULO OPINIÓN DE SALVADOR HUESO SAÑUDO " ABRIL, MES DE INJERTOS "

Abril, mes de injertos


Aunque en estos tiempos no se hagan con la frecuencia de antaño, es abril mes de injertos por antonomasia, y si el agricultor no los practica con la misma asiduidad que antes quizás se deba a que la mayoría de los árboles vienen injertados de los viveros, especialmente los cítricos, y en oleicultura por la introducción de otros ejemplares, más pequeños pero con mejor productividad, que ha desplazado el aprovechamiento del olivo silvestre, el acebuche, en el que se hacía el típico injerto de púas en corona con la protección del conocido, en el agro arcense, como el anti-mochuelo de El Charcón.
Una de las condiciones más importante para llevar a cabo un injerto con ciertas garantías de éxito es la de que al patrón, el tronco o rama donde se coloca la púa, yema o canutillo, le han de estar circulando los elementos nutrientes en abundancia, cosa que se produce  de manera generosa en dos ocasiones al año, abril y agosto, lo que hace que la cáscara del mismo se despegue con facilidad. En cuanto al elemento que se le injerta debe hallarse en parecidas condiciones, para que el cámbium o meristemo, tejido cicatricial con funciones semejantes al tejido conjuntivo de nuestro organismo, sea capaz de llevar a cabo la unión de la yema,  púa, canutillo… con el patrón.
Entre los factores favorecedores en la materialización de un injerto a fin de aumentar las posibilidades de que agarre, están, entre otros, los siguientes: No ejecutarlo cuando haga excesivo viento y evitar, en la medida de lo posible, que las hormigas pululen sobre el mismo.


Arcos de la Frontera (Cádiz), 09 de abril de 2012
Salvador Hueso Sañudo

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