Nadie sabe quién fue la Mari-Sarmiento a la que hace referencia este refrán. Hay quien supone que este nombre propio es un apelativo genérico, como muchos otros: Marimacho, Marisabidilla, Marizápalos... Para algunos lingüistas, como Julio Cejador, Marisarmiento significó en otros tiempos mujer delgada, flaca como un sarmiento. Y de ahí procede el refrán "El viento de Mari-Sarmiento, que fue a cagar y se la llevó el viento".
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