martes, 24 de enero de 2012

ARTICULO OPINIÓN DE SALVADOR HUESO SAÑUDO " EL CELO Y LA CELOTIPIA "

El celo y la celotipia

El hombre, actual inquilino más inteligente y desarrollado de la Tierra, no deja de ser un animal condicionado por las conductas de la civilización que le toca vivir. Su atracción por el deleite sexual, por lo general con el de opuesta condición orgánica, es elemento codiciado en grado sumo, y de ahí que le brote el impulso de la bestia que todos llevamos dentro en cuanto sospecha que aquello que más quiere, de forma posesiva en exclusividad, corre el riesgo de que sea compartido. Se trata de un sentimiento tan fuerte, conocido como celo, que le corroe lo más íntimo de las entrañas. Hasta aquí bien, siempre que existan elementos substanciosos que lo sustenten. Pero el recelo, el temor y la inquietud de que la persona a la que ama cambie de parecer y mude su cariño hacia otra sin motivo justificado que lo avale, puede conducirle a un estado anímico obsesivo de imprevisibles consecuencias y de complicado tratamiento como es la celotipia, porque ésta es un padecimiento no somático, sino de algo allegado al alma, a la psique, espiritual e inmortal.
Mucho es lo que se ha evolucionado en los últimos tiempos en las relaciones interpersonales, pero hay cosas, como es el celo y su desequilibrio la celotipia, que por mucho que avancen los comportamientos entre macho y hembra, entre hombre y mujer, continuarán arraigados en ambos sexos por más que se pretendan maquillar, porque se trata de algo que va unido al ser humano de manera inherente, esencia biológica heredada de generaciones a generaciones durante miles de años.


Arcos de la Frontera (Cádiz), 14 de enero de 2012
Salvador Hueso Sañudo

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