Los despachos públicos de las instituciones estatales
Se estima que los despachos y el mobiliario de las instituciones públicas de carácter estatal son elementos al servicio de los ciudadanos, ya que se quiera o no se adquieren y sostienen con el erario público, o lo que es lo mismo, con el dinero de los impuestos que pagamos los ciudadanos, y en consecuencia pertenecen de facto al conjunto de los contribuyentes en cuanto abren sus puertas y la persona a cuyo cargo está la dependencia autoriza a que se entre. Digo esto porque no considero señal de mala crianza ni que se vulneren los más elementales principios educacionales y de cortesía si se toma asiento en alguna de las sillas de un despacho estatal sin esperar a que nos lo indique el funcionario que la regentea, cosa que por lo común, cortésmente suelen decir, pero que de no hacerlo podemos arrellanarnos en la silla o sillón sin la menor preocupación, en la confianza que nada nos van a recriminar, puesto que al sentarnos hacemos uso de un mobiliario comprado y mantenido con lo que pagamos en nuestras aportaciones a la Hacienda Pública y, en consecuencia, nos pertenece al igual que el área física del gabinete. Otra cosa son los espacios de gestión pública de empresas privadas, que ahí sí que es preciso esperar a que nos inviten a tomar asiento si queremos dar muestra de nuestra catadura, respeto y consideración hacia la persona que esté al frente del mismo. De todos modos mucho han cambiando las pautas de civismo en las relaciones interpersonales, y se pasa olímpicamente del cumplimiento de algunas de ellas, quizás porque resulte más rápido, práctico y eficaz.
Arcos de la Frontera , (Cádiz), 17 de noviembre de 2011
Salvador Hueso Sañudo
No hay comentarios:
Publicar un comentario