lunes, 24 de octubre de 2022

Un monumento a las jornaleras y los jornaleros de Arcos

 



La rotonda de Los Cabezuelos, junto al mirador del mismo nombre, es el lugar escogido para la ubicación del Monumento a las Trabajadoras y Trabajadores del Campo de Arcos de la Frontera. Así lo ha dado a conocer hoy el alcalde, Isidoro Gambín, que ha inaugurado el monumento, acompañado de la delegada de Cultura, María Macías, y el propio escultor, Alejandro Pedrajas, además de otros miembros del equipo de gobierno y personas allegadas al artista.

Cabe recordar que en sesión plenaria del 30 de noviembre de 2020, se aprobó por mayoría absoluta, a propuesta de la Delegación de Cultura, “rendir homenaje a todos los trabajadores y trabajadoras del campo a través de una escultura conmemorativa”. No en balde, Arcos es un pueblo predominantemente agrícola a lo largo de su historia, con una mayoría de habitantes jornaleros y jornaleras, por lo que se pretende homenajear “a todas las personas que se han dejado la piel trabajando tierras ajenas”, según reza la placa situada a los pies de la escultura.

La obra en cuestión fue seleccionada a través de un certamen establecido por el propio Ayuntamiento, y en cuyas bases se recogían las condiciones que este monumento debería reflejar, principalmente “la imprescindible labor de estos hombres y mujeres perpetuada en el tiempo, que sirva de reconocimiento a esas interminables jornadas en el campo”. Fue en abril de 2021 cuando el jurado decide conceder el premio al boceto presentado por el escultor Alejandro Pedrajas.

Se trata de una escultura de hormigón, con más tres metros de altura, que “se perpetuará en el tiempo y se fundirá con el paisaje para rendir un eterno homenaje de reconocimiento y gratitud a todas esas personas, hombres y mujeres que han constituido un sector clave en la economía de nuestra ciudad”, según declaraba Gambín, quien también recordaba que Pedrajas es, además, el autor del monumento a la Igualdad situado junto al instituto Guadalpeña.

Por su parte, Pedrajas agradecía al Consistorio la “confianza” depositada en su creación, al tiempo que se congratulaba de que Arcos aumente su patrimonio artístico en la calle, con su evidente repercusión turística.