martes, 6 de agosto de 2019
Abraham Guerrero gana el LXVI Premio Alcaraván de Poesía
Abraham Guerrero gana el
LXVI Premio Alcaraván de Poesía
Como es tradicional, el fallo del Premio
Alcaraván de Poesía se ha celebrado hoy en Arcos de la Frontera coincidiendo
con la festividad de su patrona, la Virgen de las Nieves.
El alcalde, Isidoro Gambín, ha presidido el
jurado, actuando como secretaria del mismo la delegada municipal de Cultura,
María Macías. Lo componían los escritores Blanca Flores, Josefa Parra, Miguel
Ángel Rincón y María Jesús Villalba.
Tras las deliberaciones oportunas, el jurado ha
estimado conceder el prestigioso galardón a Abraham Guerrero Tenorio (Arcos de
la Frontera, 1987) por su poema Tres ataúdes. En representación del jurado,
Josefa Parra ha manifestado que el poema premiado es "una aproximación a
la pérdida, a tres muertes diferentes con tres voces diferentes", en lo
que recae parte de su mérito. Los versos de Guerrero Tenorio, continuaba,
"emocionan y tienen un trabajo detrás" notable.
Por su parte, Isidoro Gambín ha reconocido
sentirse "orgulloso de que un joven arcense continúe la tradición de
poetas de Arcos".
Se han examinado un total de 173 trabajos de
autores de muy diversa procedencia. Dejamos en esta publicación copia del acta.
NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES, RUEGA POR NOSOTROS Advocación mariana que la Iglesia celebra cada 5 de agosto, memoria de la dedicación de Santa María la Mayor, Basílica Romana. La historia señala el siglo IV cuando un matrimonio cristiano que vivía en Roma, que no podía tener hijos, nombró como "heredera" de sus bienes a la Santísima Virgen María. La noche de un 4 de agosto la Virgen se apareció a esta piadosa pareja y transmitió el deseo de que se construyera una Basílica en el Esquilino (una de las siete colinas de Roma), en el lugar concreto que recibiría una nevada. Y a la mañana siguiente, 5 de agosto, en pleno verano, apareció una porción de terreno nevado en la colina del Esquilino. La nieve cubría exactamente el terreno donde debía construirse la Basílica. Y ahí se levantó la Basílica de Santa María la Mayor, primer Templo cristiano de occidente dedicado a la Madre del Cielo. De aquí procede la advocación de Nuestra Señora de las Nieves, la Virgen Blanca
