ENCUENTRO EN BORNOS DE ASOCIACIONES DE MUJERES DE LA PROVINCIA

ENCUENTRO EN BORNOS DE ASOCIACIONES DE MUJERES DE LA PROVINCIA

En la mañana de hoy ha tenido lugar en Bornos un encuentro de asociaciones de mujeres de la provincia a la que han asistido la coordinadora del IAM, Instituto Andaluz de la Mujer,  Josefa Moreno, la primera Teniente de Alcalde, Noemí Palomares, la presidenta de la Asociación La Voz de las Mujeres Remedios Núñez, Visi Cruces de la asociación Agedif e Inés Sánchez presidenta de la Asociación Apafi de Bornos  que ha ejercido de anfitriona, junto con otras asociaciones.

A través de la  Asociación La Voz de las Mujeres se han presentado a las socias que pertenecen a la Federación, el proyecto “Solidaridad una mirada hacia el futuro”, un proyecto que pretende potenciar el trabajo en red y que está subvencionado por el IAM.

En la charla se ha informado de la importancia de estar federadas y  cómo utilizar la plataforma de formación y trabajo en red.

La reunión ha servido como punto de encuentro para conocerse y poner en común el trabajo de cada asociación y en este caso también para conocer Bornos ya que se les ha ofrecido una visita guiada por el municipio, han realizado compras por diferentes establecimientos y  han almorzado  en un restaurante de la localidad.




NUEVO DÍA

Nunca volveré a ver mis manos de la misma manera!
El abuelo, con noventa y tantos años, sentado débilmente en la banca del patio. No se movía, solo estaba sentado cabizbajo mirando sus manos. Cuando me senté a su lado no se dio por enterado y entre más tiempo pasaba, me pregunté si estaba bien. Finalmente, no queriendo realmente estorbarle sino verificar que estuviese bien, le pregunté cómo se sentía.
Levantó su cabeza, me miró y sonrió. "Sí, estoy bien, gracias por preguntar", dijo en una fuerte y clara voz.
"No quise molestarte, abuelo, pero estabas sentado aquí simplemente mirando tus manos y quise estar seguro de que estuvieses bien", le expliqué.
"¿Te has mirado jamás tus manos?" preguntó. "Quiero decir, ¿realmente mirarte las manos?"
Lentamente abrí mis manos y me quedé contemplándolas. Las volteé, palmas hacia arriba y luego hacia abajo. No, creo que realmente nunca las había observado mientras intentaba averiguar qué quería decirme. El abuelo sonrió y me contó esta historia:
"Detente y piensa por un momento acerca de tus manos, cómo te han servido bien a través de los años. Estas manos, aunque arrugadas, secas y débiles han sido las herramientas que he usado toda mi vida para alcanzar, agarrar y abrazar la vida.
Ellas pusieron comida en mi boca y ropa en mi cuerpo. Cuando niño, mi madre me enseñó a plegarlas en oración. Ellas ataron los cordones de mis zapatos y me ayudaron a ponerme mis botas. Han estado sucias, raspadas y ásperas, hinchadas y dobladas. Se mostraron torpes cuando intenté de sostener a mi recién nacido hijo. Decoradas con mi anillo de bodas, le mostraron al mundo que estaba casado y que amaba a alguien especial.
Ellas temblaron cuando enterré a mis padres y esposa y cuando caminé por el pasillo con mi hija en su boda. Han cubierto mi rostro, peinado mi cabello y lavado y limpiado el resto de mi cuerpo. Han estado pegajosas y húmedas, dobladas y quebradas, secas y cortadas. Y hasta el día de hoy, cuando casi nada más en mí sigue trabajando bien, estas manos me ayudan a levantarme y a sentarme, y se siguen plegando para orar.
Estas manos son la marca de dónde he estado y la rudeza de mi vida. Pero más importante aún, es que son ellas las que Dios tomará en las Suyas cuando me lleve a casa. Y con mis manos, Él me levantará para estar a Su lado y allí utilizaré estas manos para tocar el rostro de Cristo".
Nunca volveré a mirar mis manos de la misma manera. Pero recuerdo que Dios estiró las Suyas y tomó las de mi abuelo y se lo llevó a casa.
Cuando mis manos están heridas o dolidas, pienso en el abuelo. Sé que él ha recibido palmaditas y abrazos de las manos de Dios. Yo también quiero tocar el rostro de Dios y sentir Sus manos en el mío.
Enviado por Ricardo Hinestroza

Raúl Irigoyen