Septiembre es el mes en el que comienza el nuevo curso escolar, y con él,
el comedor. Este servicio que brinda a las familias la oportunidad de hacer más
llevadera la conciliación familiar y laboral, en muchas ocasiones se ha
convertido en un asunto que provoca preocupación entre los progenitores.
¿Comerá bien mi hijo en el comedor? ¿Son
equilibrados los menús? ¿Quién los elabora y con qué criterios?, son algunas de
las dudas más frecuentes y a las que la Federación AL-ANDALUS intentará dar
respuesta con el asesoramiento de la nutricionista Alejandra Rivera Torres.
Actualmente en Andalucía, más de
200.000 niños hacen uso del comedor escolar. Según nuestros hábitos
alimentarios, el almuerzo se considera la comida principal del día, debiendo
aportar aproximadamente un 35% del contenido energético diario. Es bien sabido
que unos hábitos de vida saludables que
incluyan una buena alimentación contribuyen, más que ningún otro factor, a
aumentar la expectativa de vida y disminuir la probabilidad de padecer
enfermedades de carácter crónico como obesidad, diabetes, hipertensión arterial,
hiperlipemias en incluso algunos tipos de cáncer.
En las dos últimas décadas, en España
los índices de obesidad y sobrepeso han experimentado un fuerte incremento,
llegando a situarnos como uno de los países europeos que presentan mayores
tasas de prevalencia en esta patología. Concretamente, según los datos del
estudio ALADINO llevado a cabo por el Gobierno, más del 45% de los niños/as
españoles entre 6 y 10 años presentan obesidad o sobrepeso. Otro de los
resultados relevantes de este estudio pone de manifiesto que los niños/as que hacen uso del comedor
escolar padecen menos obesidad/sobrepeso. Es de vital importancia aportar
una alimentación correcta durante la edad escolar que permita al niño crecer
con salud y evitar malnutriciones, por exceso o por defecto, que puedan tener
repercusiones a corto y largo plazo. Además, es durante la etapa infantil
cuando comienzan a instaurarse unos hábitos alimentarios, que correctos o no,
se mantendrán durante toda la vida. Es decir, un niño/a que aprenda a comer de
una forma desequilibrada, con alta probabilidad seguirá haciéndolo en la edad
adulta, y en consecuencia las expectativas de lograr una buena calidad de vida
se ven disminuidas.
El comedor favorece el aprendizaje de buenos hábitos alimenticios
En este sentido, el centro escolar
debe de favorecer una educación integral, no limitándose a los aspectos
estrictamente docentes y ofrecer el comedor escolar como un instrumento de
educación nutricional que sirva como marco para la adquisición y asentamiento de
hábitos alimentarios saludables.
Hasta hace bien poco, el menú servido
en los colegios distaba mucho de una dieta equilibrada. Abuso de fritos,
cantidad excesiva de carne y poca presencia de frutas y verduras eran la
práctica generalizada. Afortunadamente, esta tendencia se ha visto modificada
en los últimos tiempos impulsada en gran parte por la intervención de las
Administraciones Públicas, que han tomado conciencia del problema y han puesto
en marcha planes de actuación que potencien hábitos alimentarios positivos y
promuevan la actividad física.
El Ministerio de Sanidad y Consumo
puso en marcha en el año 2006 el denominado Programa PERSEO (Programa piloto
escolar de referencia para la salud y el ejercicio, contra la obesidad). Este
programa se encuentra englobado dentro de la estrategia NAOS
(http://www.naos.aesan.msps.es) y tiene como objetivo el de promover hábitos de
vida saludables entre los escolares, pero implicando también a las familias y
actuando simultáneamente sobre el comedor y el entorno escolar para facilitar
la elección de las opciones más sanas. Por otro lado, recientemente se aprobó
la ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición, en la que se establece que los
menús de todos los centros escolares deben de estar supervisados por
profesionales con formación acreditada en nutrición humana y dietética.
Dentro del ámbito andaluz, la
Consejería de Educación viene trabajando desde hace unos años para instaurar
comedores saludables en los centros educativos. A través del pliego que regula
la contratación de las empresas de catering que dan servicio a los colegios
públicos de Andalucía, establece que los menús escolares deben de ser
elaborados por un Técnico o un Diplomado en Nutrición Humana y Dietética y
define un protocolo nutricional que acota la confección de los menús escolares
a parámetros concretos basados en criterios de idoneidad nutricional.
¿Cuáles son los criterios básicos para la elaboración del menú?
El menú escolar de una semana debe
aportar: dos veces pescado, dos veces legumbres, una o dos veces huevo, una vez
carne, pasta, arroz y patatas, una ración de verduras diaria (cocinadas o en
forma de ensalada) y de 4 a 5 veces fruta como postre.
La cantidad de las raciones deben
tener en cuenta la proporcionalidad entre los distintos platos del menú en
cuanto al consumo de nutrientes.
¿Qué es la línea fría y cómo afecta a la calidad de la alimentación?
Otro de los aspectos que suele causar preocupación en los padres es la
aplicación de línea fría por parte de las empresas de catering. Este sistema
consiste básicamente en el cocinado del plato y posterior enfriamiento rápido
hasta el momento de su consumo sin romper la cadena de frío. Finalmente, en el
centro escolar y antes de servir, se vuelve a calentar a través de regeneradores.
Este sistema de abatimiento rápido de temperatura aumenta los niveles de
seguridad higiénico-sanitarias reduciendo tanto el riesgo de crecimiento de
microorganismos patógenos como de formación de toxinas. En definitiva podemos
afirmar que cada vez son mayores los esfuerzos invertidos, tanto desde el
sector público como privado, para ofrecer a nuestros hijos/as en los centros
escolares una alimentación con altos niveles de seguridad alimentaria y que sea
equilibrada nutricionalmente.
Buenos hábitos en la mesa
La actitud a la hora de ingerir los alimentos es muy importante, en este
sentido los comedores sirven de apoyo a la educación que esta línea deben
recibir los menores en sus ámbitos familiares: en cuanto a la forma de sentarse
a la mesa, la colaboración en el servicio de la comida y la recogida, hábitos
de higiene previos y posteriores a la comida, etc.
Cuestiones que los padres y madres deben tener en cuenta sobre los
comedores
·
Informase
sobre los menús que se servirán a los niños. Si el centro no los proporciona,
deben exigirlos.
·
Es
interesante utilizar el menú del colegio para compensar o completar la ingesta
de nutrientes que debe hacer el niño de forma equilibrada a lo largo de la
jornada con las comidas que haga en casa.
·
Debe
tenerse una actitud positiva hacia la comida del comedor, alentando a los niños
a comérselo “todo” y no favorecer prejuicios hacia ningún alimento. Esta pauta
debe seguirse en el domicilio, para conseguir una alimentación saludable.
·
Si
se observan carencias de algún grupo o tipo de alimentos en el menú o el exceso
de algunos productos poco saludables, deber requerirse la mejora al centro.
·
Los
padres tienen derecho a conocer la empresa y/o la forma en la que se producen o
cocinan los alimentos que ingieren sus hijos. Así como los datos del
nutricionista responsable de la elaboración de los menús.