TOMASA GUERRERO “ LA MACANITA “ VISITA ARCOS PARA GRABAR EL PROGRAMA NOSTALGIA BAJO LA LUNA DE RADIO ARCOS










TOMASA GUERRERO “ LA MACANITA “  VISITA ARCOS PARA GRABAR EL PROGRAMA NOSTALGIA BAJO LA LUNA DE RADIO ARCOS

La cantaora jerezana Tomasa Guerrero “ La Macanita “ ha visitado hoy Arcos de la Frontera donde a primera hora de la mañana en Radio Arcos  ha participado en una entrevista en directo en el programa de María José Lozano “ CONTIGO EN LA MAÑANA “  donde ha hablado de todos sus proyectos. A continuación durante varias horas ha grabado la entrevista más bella y personal de su vida y ha firmado el libro de las entrevistas y la tinaja de Venta Junta de los Ríos.. Siendo invitada a almorzar por Juan de Jesús Ramírez gerente de Venta Junta de los Ríos. Muchas gracias por estar con nosotros y a su amiga Mercedes que en  su día me la presento

BUENOS DÍAS DESDE ARCOS DE LA FRONTERA

HACER LAS PACES
Tenía apenas 14 años cuando conocí a Gabriel. Él no era mucho mayor y, al igual que yo, pasaba por la difícil etapa de la adolescencia. Nos hicimos amigos y juntos nos divertimos mucho. No recuerdo qué pasó entre nosotros. Hubo palabras duras y lágrimas. La imagen de él, con el pelo empapado bajo la lluvia y las lágrimas que le resbalaban por las mejillas, se quedó para siempre grabada en mi memoria. Quise reparar el daño, pero me faltó valor y no supe hacerlo. La situación me parecía demasiado compleja. Gabriel y yo nos distanciamos.

Transcurrieron los años y no supe mucho de él. Luego, en abril de 1998, amigos mutuos me hicieron saber que estaba en coma. Había caído unos treinta metros mientras escalaba una montaña. El corazón me dio un vuelco. En ese instante comprendí que jamás lo volvería a ver. Los médicos se esforzaron por ayudarlo, pero Gabriel murió al cabo de unas semanas.

Después de aquello, durante un tiempo no podía conciliar el sueño de noche, deseando que hubiese podido resolver nuestras diferencias y que hubiésemos seguido siendo amigos. Tenía la certeza de que había perdido toda oportunidad de hacerlo. Me preguntaba si él me habría perdonado el daño que le había causado, si podía observarme desde el Cielo y si comprendía el dolor que azotaba mi alma. Luego, una noche, me vino la respuesta a mi interrogante. No era nada largo ni complicado; pero era todo lo que me hacía falta para librarme del remordimiento. Oí claramente una voz en mi cabeza. Era Gabriel, que me decía: ¡Siempre te consideré mi amiga!

Se me llenaron los ojos de lágrimas. Comprendí que todo estaba perdonado. A mi corazón llegó la paz. Entonces me propuse que jamás dejaría transcurrir un día sin hacer las paces con aquellos a quienes ofendiera, por si no se me vuelve a presentar la ocasión de hacerlo. Hoy podría ser mi única oportunidad de demostrar a alguien que es importante para mí, de decirle: «Te quiero», y hacer las paces. 

* * * 

La diferencia entre guardar rencor
y perdonar la ofensa recibida
es como la que hay entre acostarse de noche
sobre una almohada de espinos
y una de pétalos de rosa.

Autor: desconocido