FABULA DE ESOPO

El tocador de cítara

Un tocador de cítara sin talento cantaba desde la mañana a la noche en una casa con las paredes muy bien estucadas. Como las paredes le devolvían el eco, se imaginó que tenía una voz magnífica, y tanto se lo creyó, que resolvió presentarse en el teatro; pero una vez en la escena cantó tan mal, que lo arrojaron a pedradas.

No seamos nosotros jueces de nosotros mismos, no vaya a ser que nuestra parcialidad nos arruine.


NUEVO DÍA

Ya sea que tenga dinero en el banco
O negocie a futuro en Wall Street…
Venda hamburguesas en un puesto de playa
O prepare platos de pasta en un restaurante de cinco estrellas…
Corte árboles gigantescos en el noroeste
O recoja leña y la distribuya…
Entrene a un equipo
O pastoree una congregación…
Publique libros de éxito
O distribuya periódicos bien temprano en la mañana…
Sea estrella de sus propios programas de televisión
O repare videocaseteras…
Administre muchas hectáreas de granja
O corte césped y los arbustos en el vecindario…
Salga a vender computadoras
O conduzca un camión cargado de maquinaria…
Construya casas
O limpie piscinas…
Discuta casos delante de un juez
O se encargue de disputas familiares como consejero
Hágalo lo mejor que pueda
No hay tareas inferiores. Solamente las personas que las ven como tales se vuelven inferiores al realizarlas.

Toda tarea es un autorretrato de la persona que la ejecuta. Firme su obra con excelencia.