domingo, 7 de octubre de 2012
NUEVO DÍA
Quiero ser como soy,
sin compararme con nadie; quiero ser igual a mí,? para amarme como a nadie.
Sé que la vida es un tiempo, sin tiempo en el universo; y que mi
paso por ella ?es valioso para mí.
Es posible que al
morir, mi espíritu se desprenda y viaje en el universo para vivir otra vida.
Pero también es
posible que cuando muera mi cuerpo, mi pensamiento se extinga ?para convertirse
en nada.
Mirando está reflexión
es que amo más mi vida, porque puedo valorarla en su máxima expresión.
Y aunque dejará de ser
lo que el hombre sueña ser: Un pensamiento divino, jamás me arrepentiré de
haber vivido un instante.
Y mientras pueda pensar, admiraré este
prodigio. Daré las gracias a diario por vivir un solo instante; aunque después
de mi muerte sea nada entre la nada.
BUENAS TARDES DESDE ARCOS DE LA FRONTERA A TODO EL MUNDO
Caminaba
con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio
me preguntó:“Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?”
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: “Estoy escuchando el ruido de una carreta...”
“Eso es” -dijo mi padre- “es una carreta vacía”.
Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?”
Entonces mi padre respondió:
“Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.
Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Nadie está más vacío, que aquel que esta lleno del ‘Yo mismo’.
Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio, nutriendo.
Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: “Estoy escuchando el ruido de una carreta...”
“Eso es” -dijo mi padre- “es una carreta vacía”.
Pregunté a mi padre: “¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?”
Entonces mi padre respondió:
“Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando noto a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:
“Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace”.
La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas.
Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero.
Nadie está más vacío, que aquel que esta lleno del ‘Yo mismo’.
Seamos lluvia serena y mansa que llega profundamente a las raíces, en silencio, nutriendo.