domingo, 13 de mayo de 2012
FABULAS ....
Hace muchos años, en una pobre aldea china vivía un labrador con su hijo. Su único bien material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de su padre. Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus vecinos —que lo respetaban mucho por su honestidad y diligencia— acudieron a su casa para decirle cuánto lamentaban lo ocurrido. Él les agradeció la visita, pero preguntó:
—¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida? Alguien comentó en voz baja con un amigo:
«Él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por lo ocurrido».
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.
—¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida? Alguien comentó en voz baja con un amigo:
«Él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por lo ocurrido».
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.
Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía sólo: traía una hermosa yegua como compañía. Al saber eso los habitantes de la aldea alborozados, porque sólo ahora entendían la respuesta que el hombre les había dado, retornaron a casa del labrador para felicitarlo por su suerte.
—Antes tenías sólo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones!—dijeron.
—Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad —respondió el labrador. ¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon, comentando por el camino:
«¿Será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?».
—Antes tenías sólo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones!—dijeron.
—Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad —respondió el labrador. ¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon, comentando por el camino:
«¿Será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?».
Pasado un mes, el hijo del labrador decidió domesticar la yegua. Pero el animal saltó de una manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída rompiéndose una pierna. Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente, presentó sus condolencias al padre diciendo que todos estaban muy tristes por lo que había sucedido. El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:
—¿Cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí:
«Realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas de que lo ocurrido es una desgracia».
—¿Cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí:
«Realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas de que lo ocurrido es una desgracia».
Transcurrieron algunos meses y el Japón declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes excepto al hijo del labrador que estaba con la pierna rota. Ninguno de los muchachosretornó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos yayudarlos ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos. Siempre que alguno de ellos se quejaba el labrador decía:
—¿Cómo sabes si esto es una desgracia? Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
—¿Cómo sabes si eso es una bendición?
Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.
www.luisprada.com
—¿Cómo sabes si esto es una desgracia? Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba:
—¿Cómo sabes si eso es una bendición?
Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.
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UNA BELLA REFLEXIÓN
¿Qué es un mujeron?
Mujeron es la empresaria ¿Qué es un mujeron?
Pídale a un hombre que le describa un mujeron: Inmediatamente le hablará del tamaño de los senos, de la medida de la cintura, del volumen de los labios, de las piernas, de las pompis y del color de los ojos; o le dirá que un mujeron tiene que ser una rubia de 1.80 m, llena de silicón y sonrisa Colgate.
Pídale a un hombre que le describa un mujeron: Inmediatamente le hablará del tamaño de los senos, de la medida de la cintura, del volumen de los labios, de las piernas, de las pompis y del color de los ojos; o le dirá que un mujeron tiene que ser una rubia de 1.80 m, llena de silicón y sonrisa Colgate.
Mujerones, dentro de ese concepto, no existen muchas: Cindy Crawford, Claudia Schifer, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Vera Fischer, Malu Mader, Leticia Spiller, Adriane Galisteu, Lumas y Brunas.
Ahora, pregúntele a una mujer lo que ella considera un mujeron y usted descubrirá que hay una en cada esquina.
Ahora, pregúntele a una mujer lo que ella considera un mujeron y usted descubrirá que hay una en cada esquina.
Mujeron, es aquélla que toma dos autobuses para ir a su trabajo y dos más para regresar y, cuando llega a su casa, encuentra un cesto lleno de ropa para lavar, la tarea de los niños para revisar y una familia hambrienta para alimentar. Mujeron, es aquélla que va por la madrugada a hacer cola para garantizar la inscripción de sus hijos en el colegio y aquella jubilada que pasa horas parada haciendo cola en un banco para cobrar una pensión insultante.
Que administra decenas de funcionarios de lunes a viernes y una familia todos los días de la semana. Mujeron, es quien regresa del supermercado cargando varias bolsas después de haber comparado precios y hacer malabarismos con el presupuesto.
Mujeron, es quien lleva los hijos a la escuela y los va a buscar, los lleva a las clases de natación y los busca, los lleva a la cama, les cuenta historias, reza con ellos, les da un beso y apaga la luz.
Mujeron es aquella madre de un adolescente que no duerme mientras éste no llega sano y salvo a casa y que bien temprano por la mañana ya está levantada, calentando la leche y haciendo el café.
Mujeron es aquella madre de un adolescente que no duerme mientras éste no llega sano y salvo a casa y que bien temprano por la mañana ya está levantada, calentando la leche y haciendo el café.
Mujeron, es quien enseña a cambio de un salario mínimo, es quien hace servicios voluntarios, es quien vendimia, es quien siembra, es quien opera pacientes, es quien lava ropa para otros, es quien pone la mesa, hace la sopa y en las tardes trabaja detrás de un mostrador.
Mujeron es quien sabe donde está cada cosa, lo que cada hijo siente y cuál es el mejor remedio para la acidez, para los deditos magullados y para las pesadillas.
Mujeron es quien sabe donde está cada cosa, lo que cada hijo siente y cuál es el mejor remedio para la acidez, para los deditos magullados y para las pesadillas.
A las amigas mujeronas ¡felicitaciones!
A los hombres que tienen un "Mujeron" en casa y no lo saben, sea esposa, madre, abuela, hermana o secretaria del hogar... ¡valórelas!
A los hombres que tienen un "Mujeron" en casa y no lo saben, sea esposa, madre, abuela, hermana o secretaria del hogar... ¡valórelas!
La mujer se aprecia por lo que lleva dentro, no por el estuche
Colaboración de Nena
FRASES HECHAS
Discusión bizantina
Este dicho tiene su origen en los interminables debates que mantenían los griegos del Bajo Imperio sobre el sexo de los ángeles. La cosa no hubiese trascendido, de no ser porque el debate se produjo en un momento políticamente delicado. Así es, los turcos estaban a punto de conquistar Constantinopla y los eruditos de Bizancio, en lugar de dar prioridad a pensar en cómo defenderse de los enemigos, perdían el tiempo en discusiones angelicales. Es por ello por lo que la expresión discusión bizantina se utiliza hoy para ridiculizar las discusiones intrascendentales y ociosas de las personas que no tienen en cuenta los problemas reales y acuciantes.
EL POETA Y LA POESÍA " LUIS CERNUDA "
UN POETA MUERTO
(F.G.L.)
Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.
La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.
Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.
Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.
Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.
Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.
Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.
Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.
Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.
Como leve sonido:
hoja que roza un vidrio,
agua que acaricia unas guijas,
lluvia que besa una frente juvenil;
Como rápida caricia:
pie desnudo sobre el camino,
dedos que ensayan el primer amor,
sábanas tibias sobre el cuerpo solitario;
Como fugaz deseo:
seda brillante en la luz,
esbelto adolescente entrevisto,
lágrimas por ser más que un hombre;
Como esta vida que no es mía
y sin embargo es la mía,
como este afán sin nombre
que no me pertenece y sin embargo soy yo;
Como todo aquello que de cerca o de lejos
me roza, me besa, me hiere,
tu presencia está conmigo fuera y dentro,
es mi vida misma y no es mi vida,
así como una hoja y otra hoja
son la apariencia del viento que las lleva.
Como una vela sobre el mar
resume ese azulado afán que se levanta
hasta las estrellas futuras,
hecho escala de olas
por donde pies divinos descienden al abismo,
también tu forma misma,
ángel, demonio, sueño de un amor soñado,
resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba
hasta las nubes sus olas melancólicas.
Sintiendo todavía los pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o vivo,
contemplo sus olas y quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,
hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.
LUIS CERNUDA
(F.G.L.)
Así como en la roca nunca vemos
La clara flor abrirse,
Entre un pueblo hosco y duro
No brilla hermosamente
El fresco y alto ornato de la vida.
Por esto te mataron, porque eras
Verdor en nuestra tierra árida
Y azul en nuestro oscuro aire.
Leve es la parte de la vida
Que como dioses rescatan los poetas.
El odio y destrucción perduran siempre
Sordamente en la entraña
Toda hiel sempiterna del español terrible,
Que acecha lo cimero
Con su piedra en la mano.
Triste sino nacer
Con algún don ilustre
Aquí, donde los hombres
En su miseria sólo saben
El insulto, la mofa, el recelo profundo
Ante aquel que ilumina las palabras opacas
Por el oculto fuego originario.
La sal de nuestro mundo eras,
Vivo estabas como un rayo de sol,
Y ya es tan sólo tu recuerdo
Quien yerra y pasa, acariciando
El muro de los cuerpos
Con el dejo de las adormideras
Que nuestros predecesores ingirieron
A orillas del olvido.
Si tu ángel acude a la memoria,
Sombras son estos hombres
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra;
La muerte se diría
Más viva que la vida
Porque tú estás con ella,
Pasado el arco de tu vasto imperio,
Poblándola de pájaros y hojas
Con tu gracia y tu juventud incomparables.
Aquí la primavera luce ahora.
Mira los radiantes mancebos
Que vivo tanto amaste
Efímeros pasar junto al fulgor del mar.
Desnudos cuerpos bellos que se llevan
Tras de sí los deseos
Con su exquisita forma, y sólo encierran
Amargo zumo, que no alberga su espíritu
Un destello de amor ni de alto pensamiento.
Igual todo prosigue,
Como entonces, tan mágico,
Que parece imposible
La sombra en que has caído.
Mas un inmenso afán oculto advierte
Que su ignoto aguijón tan sólo puede
Aplacarse en nosotros con la muerte,
Como el afán del agua,
A quien no basta esculpirse en las olas,
Sino perderse anónima
En los limbos del mar.
Pero antes no sabías
La realidad más honda de este mundo:
El odio, el triste odio de los hombres,
Que en ti señalar quiso
Por el acero horrible su victoria,
Con tu angustia postrera
Bajo la luz tranquila de Granada,
Distante entre cipreses y laureles,
Y entre tus propias gentes
Y por las mismas manos
Que un día servilmente te halagaran.
Para el poeta la muerte es la victoria;
Un viento demoníaco le impulsa por la vida,
Y si una fuerza ciega
Sin comprensión de amor
Transforma por un crimen
A ti, cantor, en héroe,
Contempla en cambio, hermano,
Cómo entre la tristeza y el desdén
Un poder más magnánimo permite a tus amigos
En un rincón pudrirse libremente.
Tenga tu sombra paz,
Busque otros valles,
Un río donde del viento
Se lleve los sonidos entre juncos
Y lirios y el encanto
Tan viejo de las aguas elocuentes,
En donde el eco como la gloria humana ruede,
Como ella de remoto,
Ajeno como ella y tan estéril.
Halle tu gran afán enajenado
El puro amor de un dios adolescente
Entre el verdor de las rosas eternas;
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra,
Tras de tanto dolor y dejamiento,
Con su propia grandeza nos advierte
De alguna mente creadora inmensa,
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria
Y luego le consuela a través de la muerte.
Como leve sonido:
hoja que roza un vidrio,
agua que acaricia unas guijas,
lluvia que besa una frente juvenil;
Como rápida caricia:
pie desnudo sobre el camino,
dedos que ensayan el primer amor,
sábanas tibias sobre el cuerpo solitario;
Como fugaz deseo:
seda brillante en la luz,
esbelto adolescente entrevisto,
lágrimas por ser más que un hombre;
Como esta vida que no es mía
y sin embargo es la mía,
como este afán sin nombre
que no me pertenece y sin embargo soy yo;
Como todo aquello que de cerca o de lejos
me roza, me besa, me hiere,
tu presencia está conmigo fuera y dentro,
es mi vida misma y no es mi vida,
así como una hoja y otra hoja
son la apariencia del viento que las lleva.
Como una vela sobre el mar
resume ese azulado afán que se levanta
hasta las estrellas futuras,
hecho escala de olas
por donde pies divinos descienden al abismo,
también tu forma misma,
ángel, demonio, sueño de un amor soñado,
resume en mí un afán que en otro tiempo levantaba
hasta las nubes sus olas melancólicas.
Sintiendo todavía los pulsos de ese afán,
yo, el más enamorado,
en las orillas del amor,
sin que una luz me vea
definitivamente muerto o vivo,
contemplo sus olas y quisiera anegarme,
deseando perdidamente
descender, como los ángeles aquellos por la escala de espuma,
hasta el fondo del mismo amor que ningún hombre ha visto.
LUIS CERNUDA
PALABRAS Y SIGNIFICADO DEL DICCIONARIO ARCENSE DE VICTOR ORELLANA OÑATE Y AMIGOS
Esconchar. Chocar un objeto contra algo sólido, provocándole una abolladura o achambamiento.
Esconchón. Abolladura de un objeto provocada por un golpe. Herida corporal, que al cabo de unos días cría postillita. (“Mi zagal juega de portero en el Arcos y me llega siempre llenito de esconchones”).
Escondé. Juego infantil. Sinónimo de jugar al escondite. Juego oficial de la plaza San Pedro.
Escoñarse. Darse un golpe fuerte en zonas poco protegidas del cuerpo, haciéndose pupita. Reír exageradamente, hasta no poder más, provocando dolor en el estómago (“le conté un chiste y se escoñó de la risa”).
Escurcar. Rebuscar, escudriñar, normalmente al apartar los elementos no apetecibles de un plato. (“niña no escurque más en la ensalada que eso se come todo”).
Eslomao. Persona que llega de trabajar a las 8 la tarde, o que ha echado una peoná en descargar 600 sacos de cemento de un tráiler (Risitas dixit), el pobre llega “eslomao” a casa.
NUEVO DÍA
Once rosas rojas y un blanco clavel
Yo lo soñaba entonces, inmune a todo mal
hurgando un horizonte cubierto de regresos,
vestido con el traje febril de la esperanza y los ojos llenos de memoria.
hurgando un horizonte cubierto de regresos,
vestido con el traje febril de la esperanza y los ojos llenos de memoria.
En mi delirio inmenso, jamás imaginaba que podría ser el dueño y creador de cada uno de mis sueños.
Al verlo de mi lado, por siempre desprendido de toda promesa,
me convertía en la mujer más valiente y poderosa que yo nunca había conocido.
me convertía en la mujer más valiente y poderosa que yo nunca había conocido.
Yo sí guardé en el pecho el amor que nunca se olvida,
por mi Dios juro... qué lo adoré tanto...
por mi Dios juro... qué lo adoré tanto...
En las tardes de lluvia se volvía como un niño
a entrometerse entre mis brazos,
Desde la más tierna distancia que nunca quiso acortar.
En algunas noches... como caballero elegante, tomaba mi cintura y me llevaba a bailar.
a entrometerse entre mis brazos,
Desde la más tierna distancia que nunca quiso acortar.
En algunas noches... como caballero elegante, tomaba mi cintura y me llevaba a bailar.
Nunca amé tanto mi soledad, desde que él descubrió mis más preciados valores...
Jamás lo eché de menos con tanta alegría... desde que él dejó el sonido de su mirada en mi cuarto.
Su amor se distinguía como un blanco clavel de pureza,
entre el dolor que daban las espinas de tantas rosas rojas...
Su amor fue inocente como el primero y eterno como el último...
Su amor no se compara, no se cambia, ni se reniega
...solo se vive.
Once rosas rojas y un blanco clavel...
Y mi ilusión infinita de algún día coincidir con el.
entre el dolor que daban las espinas de tantas rosas rojas...
Su amor fue inocente como el primero y eterno como el último...
Su amor no se compara, no se cambia, ni se reniega
...solo se vive.
Once rosas rojas y un blanco clavel...
Y mi ilusión infinita de algún día coincidir con el.
Colaboración de Patricia