sábado, 24 de septiembre de 2011
NUEVO DÍA
Willie tenía una buena causas para juzgar a su padre. Su padre y su madre habían sido novios en la adolescencia y se casaron a los dieciocho años de edad. Pero luego su papá abandonó a su mamá, cuando se enteró que ella estaba embarazada, y Willie no lo conoció hasta 19 años más tarde.
Dijo: Estaba ansioso pero nervioso de conocer a mi padre. No sabía qué esperar. lo que descubrí fue una persona amable, amorosa, sincera, que en realidad se preocupaba por mí. Él y yo hablamos durante largo rato. Comencé a entender las razones por las que había huido. Aprendí mucho acerca de la vida y de mí mismo en esa conversación. Nunca abrigué rencor contra él.
...Mi padre tenía razones para huir. No sería justo comparar su vida con la mía. Sería como comparar el béisbol con el fútbol. Simplemente acepté a mi padre tal cual era en realidad.
Sí, Willie Strangell, un jugador estrella que jugó veinte años para los Piratas de Pittsburgh, tenía buenas razones para criticar a su padre, al cual no vio en toda su niñez... pero no lo hizo.
Tal vez crea que tiene buenas razones para criticar a otro... ¿pero existe una buena razón lo suficientemente buena?
FÁBULA DE SAMANIEGO
Fábula XII
12. El leopardo y las monas
No a pares, a docenas encontraba
Las Monas en Tetuán, cuando cazaba,
Un Leopardo; apenas lo veían,
A los árboles todas se subían,
Quedando del contrario tan seguras,
Que pudiera decir: No están maduras.
El cazador, astuto, se hace el muerto
Tan vivamente, que parece cierto.
Hasta las viejas Monas,
Alegres en el caso y juguetonas,
Empiezan a saltar; la más osada
Baja, arrímase al muerto de callada,
Mira, huele y aun tienta,
Y grita muy contenta:
«Llegad, que muerto está de todo punto,
Tanto, que empieza a oler el tal difunto.»
Bajan todas con bulla y algazara:
Ya le tocan la cara,
Ya le saltan encima,
Aquélla se le arrima,
Y haciendo mimos, a su lado queda;
Otra se finge muerta y lo remeda.
Mas luego que las siente fatigadas
De correr, de saltar y hacer monadas,
Levántase ligero,
Y más que nunca fiero,
Pilla, mata, devora, de manera
Que parecía la sangrienta fiera,
Cubriendo con los muertos la campaña,
Al Cid matando moros en España.
Es el peor enemigo el que aparenta
No poder causar daño; porque intenta
Inspirando confianza,
Asegurar su golpe de venganza.
MEDITACIÓN DIARIA
Nacer de la Virgen María María, con un amor inimaginable, nos lleva siempre como hijos pequeños, formando nuestra vida con la suya. Autor: Ágora marianista | Fuente: Catholic.net |
Una persona realmente cristiana no puede ni debe vivir más que de la vida de Nuestro Señor Jesucristo. Esta vida divina debe ser el principio de todos sus pensamientos, de todas sus palabras y de todas sus acciones. Jesucristo fue concebido en el seno de María por obra del Espíritu Santo. Jesucristo nació del seno virginal de María. Concebido por obra del Espíritu Santo, nacido de María Virgen. El bautismo y la fe hacen que empiece en nosotros la vida de Jesucristo. Por eso, somos como concebidos por obra del Espíritu Santo. Pero debemos, como el Salvador, nacer de la Virgen María. Jesucristo quiso formarse a nuestra semejanza en el seno virginal de María. También nosotros debemos formarnos a semejanza de Jesucristo en el seno de María, conformar nuestra conducta con su conducta, nuestras inclinaciones con sus inclinaciones, nuestra vida con su vida. María, con un amor inimaginable, nos lleva siempre en sus castas entrañas como hijos pequeños, hasta tanto que, habiendo formado en nosotros los primeros rasgos de su hijo, nos dé a luz como a Él. María nos repite incesantemente estas hermosas palabras de san Pablo: Hijitos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo se forme en vosotros (Gál 4,19). Hijitos míos, que yo quisiera dar a luz cuando Jesucristo se haya formado perfectamente en vosotros. |